Las muertes por accidentes en el agua, principalmente en playas y ríos, se duplicaron durante el último mes con respecto a enero.
Según datos de la Cruz Roja, febrero cerró con 16 personas que fallecieron ahogadas. En enero, hubo ocho decesos.
La Cruz Roja está preocupada por el incremento de la cifra. Si se compara el balance de febrero anterior con el del mismo mes del 2010 (cinco muertos), se percibe un alza de más del 300 % .
Precisamente, el lunes, los guardacostas encontraron el cadáver de un menor de 12 años que había desaparecido el fin de semana pasado tras ahogarse en playa Jacó, Garabito, Puntarenas, durante un viaje familiar.
Las 16 víctimas fatales que perecieron en playas y ríos son parte de las 90 muertes en circunstancias violentas que se registraron en febrero. Tal saldo es inferior al que se produjo en enero cuando hubo 102 fallecimientos de esa índole.
El 46% de los decesos que hubo el mes anterior ocurrieron en Puntarenas, Limón y Guanacaste, las tres provincias donde hay playas.
Del total de “números rojos” en febrero, San José concentró un 32%; el 22% restante se repartió entre Heredia, Alajuela y Cartago.
La Cruz Roja informó de que en el último mes su personal trasladó a 164 pacientes en condición delicada a hospitales.
Los paramédicos atienden, en promedio, nueve pacientes diarios por accidentes graves; de ellos, seis requieren ser trasladados a una clínica u hospital y tres mueren en la escena del hecho.
Veinte de los 90 fallecidos en febrero fueron por causa de agresiones con armas de fuego y blanca.
Ahogados. Entre el 20 y el 21 de febrero, cuatro personas murieron ahogadas. Las víctimas fueron tres menores y una adulta.
Los sucesos se produjeron en Bermejo de Quebradilla, Cartago, en una poza; en el río Reventazón en El Cocal, Siquirres, Limón, y en playa Doña Ana, en Esparza, Puntarenas.
El 21 de febrero, un alumno de octavo año del Liceo de La Tigra, San Carlos –Alajuela–, se ahogó el mismo día en que cumplía 16 años. La tragedia tuvo lugar en una poza del río La Tigra. Al parecer, el menor quería aprender a nadar y se arrojó al agua, acompañado de dos amigos.