Las tres parejas fallecidas en La Cruz dejan ocho menores huérfanos

Perdieron la vida tras chocar contra trailer

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San José (Redacción). Las tres parejas que murieron anoche en la zona de Sonzapote en La Cruz, Guanacaste, dejan huérfanos a ocho menores con edades entre los 4 y 15 años, según trascendió esta tarde cuando se pudieron terminar de extraer e identificar los cuerpos de las víctimas.

Los fallecidos son Manuel Torres Cháves, de 28 años de edad (conductor del carro), y su esposa Eliza Jirón Aburto, de 20 años; Junior Arias Alegría, de 32 años, y su compañera Mónica Zúñiga Vega, de 24; Gilbert Cruz Sánchez, de 28 años de edad, y su esposa Vanesa Arias Alegría, de 34 años (hermana de Junior).

Éstas seis personas perdieron la vida luego de que el vehículo en el que viajaban colisionara de frente contra un trailer cargado de piedras, que los embistió tras invadir el carril contrario y que terminó sobre el carro.

Según la versión de algunos familiares, ellos estaban celebrando el cumpleaños de Mónica, en uno de los bares de la zona fronteriza y al momento del accidente se dirigían hacia otro centro nocturno.

El matrimonio conformado por Junior y Mónica tenía dos hijos de 4 y 7 años; su hermana Vanesa y su compañero Gilbert tenían cinco hijos de 4, 8, 11,12 y 15 años, mientras que Manuel y su compañera Eliza eran padres de una niña cuya edad no trascendió.

Los familiares tienen previsto realizar los funerales de los fallecidos en la localidad de San Dimas en Peñas Blancas.

Según informes del tránsito la traileta de la empresa SyP transportaba material para las obras de ampliación a cuatro carriles de los últimos 5 kilómetros de la Interamericana Norte y contaba con todos los documentos al día.

Sin embargo, el chofer de apellidos Chávez Valle y quien casualmente hoy está cumpliendo 30 años, conducía con 1,53 gramos de alcohol por litro de sangre.

Chávez se encuentra detenido en Liberia.

Lo aparatoso del accidente hizo que las labores de extracción de los cuerpos se extendieran durante más de 12 horas.

El Toyota Corolla blanco en el que viajaban las víctimas no contaba con revisión técnica ni derecho de circulación.