“Algunos jueces hemos experimentado que, luego de dictar un sentencia condenatoria, nos topamos a los amigos o familiares de los imputados en las afueras del edificio.
“Ven nuestro vehículo y el lugar donde lo aparcamos, lo que aumenta nuestra inseguridad. Ya tuvimos el caso de un compañero juez al que le quebraron el parabrisas trasero de su carro cuando lo tenía parqueado en las afueras de este edificio”.
Así resumió el juez coordinador de flagrancia, David Hernández, una de las principales dificultades que enfrenta ese tribunal con sede en Goicoechea.
En el informe de labores del 2010, el jurista aprovechó para llamar la atención por considerar que el espacio físico que ocupa el tribunal no es seguro.
Falencias. “Carecemos de estantes adecuados para colocar los expedientes y llevar un mejor control de cada una de las secciones, vencimiento de términos, control de conciliaciones, suspensiones del proceso a prueba, casación...
”Cualquiera que nos visite podrá constatar que, por la falta de espacio, los expedientes deben ser apilados en grupos en el suelo, con el peligro de que los discos donde se guardan las resoluciones más importantes se dañen”, alertó el juez coordinador.
Hernández agregó que los DVD de respaldo no tienen un lugar adecuado que impida su deterioro.
El juez hizo hincapié en que el éxito del Tribunal de Flagrancia también se sustenta en el trabajo de la Fuerza Pública y la Policía Municipal.