Triple crimen impune por débil investigación policial

Tribunal absolvió este viernes y, por segunda vez, al único imputado en hecho

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Ciudad Quesada. El Tribunal de Juicio de San Carlos absolvió, este viernes, al único hombre que el Ministerio Público llevó como sospechoso de asesinar a un empresario hotelero y sus dos hijos, el 9 de febrero del 2013, en La Fortuna, San Carlos.

El fallo, que fue por duda y benefició a un peón agrícola de apellido López, lo adoptaron los jueces al considerar que la Fiscalía y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) presentaron la acusación sin tener las pruebas necesarias.

“Hicieron una investigación poco profesional, que más bien sembró duda sobre la eventual participación de López en los hechos”, dijo el presidente del Tribunal, Antonio Barrantes.

Para este juicio se había citado a otro individuo, de apellido Sándigo, pero no se presentó al inicio del debate, razón por la cual fue declarado reo rebelde y se ordenó su captura.

Antecedente. En este debate se juzgó los asesinatos del empresario Geovanny Soto Ruiz, de 52 años, y de sus hijos Mauricio y Enmanuel Soto Soto, de 29 y 20 años, respectivamente, que fueron descubiertos el 9 de febrero del 2013.

Los cuerpos de Geovanny y Mauricio presentaban signos de tortura y fueron hallados cerca del río Arenal, en el viejo camino entre La Fortuna y Monterrey de San Carlos. En tanto, Enmanuel apareció asesinado a balazos en el camino a las cataratas del río Fortuna. La familia Soto es la propietaria del Mountain Paradise Hotel, ubicado en La Palma de La Fortuna, San Carlos.

Era la segunda ocasión que el triple crimen es analizado por un tribunal. El 7 de julio del 2014, los jueces, Lorna Quirós, Marco Vinicio Lizano y Blanca Salas, en un primer juicio, también exoneraron a López y Sándigo.

En aquel momento, los juzgadores argumentaron que la prueba fundamental fue manipulada y recolectada de manera ilegal.

Sin embargo, en noviembre del 2015, el Tribunal de Apelación de Sentencia de San Ramón anuló la absolutoria y ordenó un nuevo debate.

Deficiencias. En esta ocasión, los jueces Antonio Barrantes, Gloriana Murillo y Karina Rodríguez, dijeron que fueron llevados a la sala de debates una gran cantidad de testigos, prueba documental y pericial que carecía de contundencia, la cual no era suficiente para emitir un fallo condenatorio.

El juez Barrantes manifestó que en este caso el OIJ incurrió en un mal manejo de evidencia y que la mayoría de testigos no fueron claros. También, expuso el caso del hallazgo de un teléfono celular en el lugar donde mataron a Enmanuel Soto.

“Según el Ministerio Público, ese teléfono era propiedad de López, más luego (la defensa del imputado) se demostró que el mismo se lo había prestado una mujer de nombre Cándida, a la que extrañamente no convocaron a declarar”, dijo el juez.

No fue posible obtener una reacción del Ministerio Público debido a que ningún fiscal se hizo presente a la lectura del fallo.