Un agricultor y exempleado de supermercado será juzgado a partir del próximo martes como sospechoso de asesinar en Parrita a la modelo Isamar del Carmen Córdoba Ramírez.
En el debate, que se realizará en el Tribunal Penal de Juicio de Quepos, el sospechoso de apellidos López Rojas también deberá hacerle frente a la acusación de matar a Anacedy Salazar Carrillo, empleada de un restaurante en Parrita.
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La pesquisa previa al juicio logró demostrar similitudes en los homicidios. Ambos fueron cometidos con arma blanca y luego de que las víctimas fueran contactadas por una red social.
Además, el presunto asesino escogía fechas especiales para atacar: Anacedy Salazar murió el 14 de febrero de 2017; día del amor y la amistad; mientras que Isamar Córdoba perdió la vida el 11 de mayo del 2017, día del cumpleaños del imputado.
Dichas semejanzas hicieron presumir al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de que López Rojas, sería un homicida serial, que presuntamente se preparaba para atacar de nuevo y por eso decidieron capturarlo el 18 de julio del 2017.
El hombre, de 29 años, es padre de dos hijos y tenía una relación estable con la madre de los niños.
El juicio se extenderá hasta el viernes 26 de octubre y se espera la comparecencia de 23 testigos. Las audiencias serán dirigidas por los jueces Rafael Víctor García, quien presidirá, Hernán Enrique Moya Ureña (encargado de redactar la sentencia) y Maureen Víquez Córdoba.
Hechos
El primero de los crímenes que se le atribuye a López fue el de Anacedy Salazar Carrillo, de 35 años. El cuerpo apareció el 14 de febrero del 2017, en playa Marisol de Parrita. La víctima presentaba heridas de arma blanca en el cuello. Ella laboraba en un restaurante de Parrita.
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A unos 20 metros de donde encontraron el cadáver estaba el vehículo de Salazar, un Daihatsu Terios. Era madre de dos hijos menores de edad.
En tanto, Isamar Córdoba, de 26 años y quien se dedicaba al modelaje, apareció boca abajo y con las manos amarradas en una plantación de sandía en Barbudal de Parrita el 11 de mayo. Murió por estrangulamiento y tenía heridas con arma blanca.
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Cuando el OIJ capturó a López, dio a conocer de que los dos cadáveres aparecieron semidesnudos y con la ropa interior destrozada.
“Las dos fueron asesinadas como consecuencia de lesiones en su cuello, una (Salazar) tenía dos heridas cortantes en el cuello muy profundas, de seis y diez centímetros, mientras que la segunda (Córdoba) murió por asfixia con un mecate y también tenía una herida en el cuello. Ambas recibieron estocadas fuertes en la base del cráneo con un cuchillo y otras en abdomen, estómago y costados del cuerpo”, declaró en aquel momento Wálter Espinoza, director del OIJ.
Según su criterio, “el móvil de ambos homicidios tiene características de sexualidad, tanto así que la marca o la firma del sujeto es cortar la ropa interior y dejar sus genitales expuestos. Existe la posibilidad de un acercamiento de otra naturaleza y con más contenido sexual, pero tendríamos que comparar los fluidos biológicos”.
Luego de matarlas, se presume que López sustraía el celular a las mujeres y se comunicaba con sus familiares o alguna persona cercana a ellas para “protegerse”.