Reo adicto: 'El crack me convirtió en indigente en la cárcel'

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

​“Desde pequeño, tuve que salir de mi casa a conseguir alimento. La situación económica era complicada y, el andar deambulando, me llevó a consumir droga desde los 12 años. Probé lo que es el crack, la famosa y dañina piedra.

”A mí no me importaba no comer. La desesperación por tener más droga me ganaba y provocó que comenzara a delinquir. Asaltaba y me metía a casas a robar. Por dicha, no maté a nadie en esa loquera en la que andaba”.

Albino López González, de 34 años, no busca justificarse; él admite que cometió un delito (una tentativa de homicidio) y que debe descontar su condena (14 años).

Sin embargo, aseguró que el alto consumo de drogas provocó muchas de las “malas acciones” que cometió en el pasado. Y no solo eso, sino que el crack lo llevó a convertirse en un “indigente” en la cárcel Calle Real, en Liberia, Guanacaste.

¿Por qué? “Yo vendía mi comida, mi ropa, todo lo que me traían mis familiares con tal de obtener mi vicio. Para mí era vergonzoso salir a recibir a mi mamá en puras fachas, pero no tenía de otra. Todo lo que tenía, ya lo había negociado”, indicó.

López contó que no solo vendía lo suyo, sino que también robaba a otros compañeros para poder negociar los artículos. Y eso lo metía en problemas.

“Las drogas te destruyen la vida. Uno no se da cuenta, piensa que no es nada y que lo puede controlar, pero no. Es algo que te consume y se apropia de tu cuerpo”, explicó López.

Por eso, él agradece la oportunidad de ser parte de la Comunidad Terapéutica.

“En un momento, uno anda como rebelde, como jugando de interesante., creyendo que todo lo puede. Pero llega un punto en el que se toca suelo y ahí sí es difícil todo. Por dicha apareció esta oportunidad”, concluyó el recluso.