Pistolero condenado por intento de crimen amenaza a abogado

'Usted tranquilo, oyó’, le dijo el gatillero al defensor de la víctima Jurista tuvo que ser escoltado por policías al salir de los tribunales

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Un pistolero, a quien el Tribunal Penal de Pavas sentenció ayer a 12 años de cárcel, por tratar de matar a un estadounidense, amenazó al abogado del foráneo, al terminar el juicio.

“A usted le tengo que decir algo: usted tranquilo, oyó”, le dijo el sentenciado al jurista Miguel Jiménez, mientras sonreía y era llevado esposado por los oficiales de Cárceles del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

El sancionado es un joven identificado como Ricardo Francisco Solís Méndez, de 28 años, quien fue declarado culpable junto a Steven Javier Calvo Sánchez, de 22, por tentativa de homicidio simple.

Los hechos por los cuales fueron condenados ocurrieron el 18 de marzo de 2015, en el parqueo de una cafetería en Escazú, cuando Jason Noah Feinman, un empresario de 42 años, fue abordado por Calvo y Solís, quienes viajaban a bordo de una motocicleta, se acercaron y le dispararon en 14 ocasiones al extranjero.

Feinman sobrevivió y, después de recuperarse, regresó a los Estados Unidos por temor. Actualmente, viene cada tres meses y contrata seguridad privada.

Al salir de la sala de juicio, el abogado Miguel Jiménez declaró a la prensa que no siente ningún temor por la amenaza.

“Él (Solís) sabrá por qué lo hace. Yo temor no tengo, yo realizo mi trabajo”, manifestó Jiménez.

El Tribunal concluyó, de forma unánime, que Calvo era quien conducía la motocicleta y Solís le disparó al extranjero.

La jueza Marianela Oviedo explicó en la fundamentación de la sentencia que el testimonio del estadounidense pesó a a la hora de tomar la decisión, pues Feinman reconoció en tres ocasiones a los pistoleros (dos en reconocimiento facial con el OIJ y una en la sala de juicio, cuando contó su versión).

Otro aspecto analizado por los jueces para tomar su decisión es que los sujetos fueron detenidos ese mismo 18 de marzo por la Fuerza Pública, cuando se encontraban en León XIII, en Tibás. En ese momento les encontraron unas armas y viajaban en una motocicleta con características similares a la que se usó en el atentado contra Feinman.

Durante el debate, Calvo argumentó que esa mañana andaba comprando unos repuestos de moto y Solís aseguró que estaba trabajando en una empresa que monta tarimas.

No obstante, no hubo algún elemento que pudiera probar las coartadas, dijo la juzgadora.

“Quien afirma debe probar y aquí eso no ha pasado”, enfatizó la jueza Oviedo.

Insultos. Al salir de los Tribunales de Pavas, el abogado de Feinman requirió ser custodiado por oficiales de la Fuerza Pública, pues familiares de los dos sentenciados lo estaban esperando afuera para insultarlo.

Aun cuando llegaron los policías, los parientes de Solís y Calvo continuaron increpando al jurista, quien tuvo que ser transportado en una de las dos patrullas que llegaron al lugar.

El abogado informó de que el caso aún no queda cerrado, pues todavía sigue la investigación para determinar quién o quiénes pagaron para asesinar al estadounidense.

La jueza explicó que no entraron a analizar si los pistoleros fueron contratados por un tercero o no, pues eso no fue acusado en la causa. Los sentenciados deberán estar en prisión preventiva mientras el fallo queda en firme.