Patólogo asegura que paciente murió por inyección de potasio

Médico dijo que entre la ingesta y la muerte pasaron como máximo tres minutos

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Un médico patólogo aseguró ayer miércoles que una paciente internada en el San Juan de Dios, falleció poco después de que le inyectaron cloruro de potasio, el cual no estaba indicado para su tratamiento.

El relato lo brindó José Eliseo Valverde Alier durante el juicio que se sigue contra la auxiliar de enfermería Ángela Barrantes Moreno como sospechoso de provocar la muerte de Lilliam Arias Prendas, una mujer diabética que, además, sufría de insuficiencia renal.

El profesional, que declaró como perito judicial, afirmó que entre el momento en que el producto fue inyectado hasta que la paciente murió, transcurrieron como máximo unos tres minutos.

“El hallazgo de una sustancia que no está prescrita en el expediente médico, que aparece con una alta concentración en la vía que va directamente a la vena de la paciente, la conclusión es que esa inyección de cloruro de potasio favoreció el paro cardiaco”, manifestó José Eliseo Valverde.

El patólogo sostuvo que en la autopsia se determinó que la muerte fue homicida, por lo que denominó como paro cardiaco agudo.

Antecedente. Este juicio que se realiza en los Tribunales de San José inició el lunes anterior y se espera concluya a mediados de diciembre. El hecho que se juzga ocurrió el 7 de agosto del 2012, cuando la víctima Lilliam Arias, una vecina de Calle Fallas de Desamparados, permanecía en el salón Lara en el cuarto piso del edificio de Medicina del San Juan de Dios.

La imputada Ángela Barrantes, también vecina de Calle Fallas, ingresó al hospital vestida de blanco simulando ser una enfermera y llegó hasta la cama de Arias, luego de burlar los controles de seguridad.

Otra paciente, Celia Prado Piedra dijo el lunes durante el juicio que observó a Barrantes cuando sacó una jeringa de la bolsa de la enagua e inyectó un producto. Poco después la mujer hizo un gemido y falleció, declaró la testigo.

En este proceso judicial la familia de la víctima está reclamando ¢500 millones a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por los daños causados.

Este debate sigue hoy, pero solo en la mañana con más testigos pero luego se suspende hasta el próximo 6 de diciembre, debido a que los jueces que integran el Tribunal, tienen señalado otro debate, según anunció la jueza Ana Patricia Araya.

Cuestionamientos. Aunque la declaración del patólogo José Eliseo Valverde fue muy clara, la defensa de Barrantes y el abogado que representa a la CCSS, hicieron varios cuestionamientos.

Sergio Múnera Chavarría, uno de los defensores de la imputada, atribuyó a Valverde el haber orientado a los analistas químicos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para que buscaran potasio como la sustancia que inyectaron a la paciente, antes de que lo determinara el laboratorio.

Valverde explicó durante el juicio que su indicación fue basada en la experiencia médica y para evitar que los analistas buscaran en una infinidad de productos.

Asimismo, se le cuestionó no tomar de forma adecuada muestras de sangre de la paciente muerta. Sobre esto, el patólogo dijo que las muestras se pusieron en los únicos recipientes que se usan en la Medicatura Forense, los cuales están fabricados con potasio, por lo cual podrían haber alterado las muestras.

Empero, tanto Valverde como el microbiólogo del OIJ, Diego Alonso Arias Alfaro, quien también declaró en el juicio, dijeron que es imposible conocer de una muestra de sangre de una persona muerta si tiene potasio. Lo anterior porque --según explicaron-- la persona cuando muere los glóbulos rojos de forma natural generan potasio.

Por este caso la Inspección Judicial había abierto un proceso administrativo en contra de Valverde.

Asimismo, el patólogo ante una pregunta de William Rodríguez, abogado de la Caja, explicó que Lilliam Arias poco antes de morir se encontraba en una condición de desorientación, lo que significaba que no podía hablar.