Óscar González: el exjuez que creó las armas para pelear contra el Estado

Poder Judicial le becó su doctorado español en Derecho Administrativo

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Óscar González solía bromear por su baja estatura cuando le colocaban una pequeña plataforma que lo hacía verse más alto en las tribunas desde las cuales hablaba al público, pero no cedía y prefería mantener los pies en suelo firme.

Sin embargo, el juez creció en grande: llegó a convertirse en uno de los mejores estudiosos del Derecho Administrativo dentro del Poder Judicial, donde marcó su línea y su tendencia como magistrado de la Sala Primera (2002-2014).

Sus fallos sentaron la base sobre la responsabilidad administrativa del Estado, luego de impulsar una reforma en la jurisdicción contencioso-administrativa que creó, mediante un moderno código procesal (2008), los instrumentos de los litigios contra el Estado.

El 28 de julio, González fue destituido por la Asamblea Legislativa al comprobarse que incurrió en una falta gravísima: acoso sexual contra una jueza con quien había mantenido una relación.

El proceso lo llevó incluso a quedar incapacitado mentalmente por varias semanas, lo que ameritó su internamiento en el Hospital Nacional Psiquiátrico.

Formación. Sus primeros pasos en el Derecho los hizo como asistente de abogados y laborando como oficinista en el Juzgado Contencioso- Administrativo mientras terminaba su carrera en la Universidad de Costa Rica (1985).

Tan solo un año después de graduarse, González se convirtió en juez de aquel despacho. Su padre, José Ángel, apenas pudo ver lo que fue el inicio de su carrera pues murió en 1989.

Diez años más tarde, a Óscar González lo nombraron magistrado suplente de la Sala Primera, pero su meta era mayor y en el 2002 se convirtió en titular.

El exmagistrado Álvaro Fernández recordó que él fue uno de los que habló ante la Corte Plena a fin de que al juez González le dieran una beca completa para que obtuviese un doctorado en Derecho Administrativo en la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid.

“Óscar tuvo miedo de irse”, recordó el magistrado Román Solís, profesor de González y a quien conoció durante los juicios cuando él era procurador general de la República y representaba al Estado.

“Cuando me contó eso, le dije: ‘No lo piense, no lo dude. Usted superará ese reto’”, expresó Solís.

El proyecto. Como autor de libros y profesor de la Universidad de Costa Rica y la Escuela Libre de Derecho, González integró la comisión que redactó el proyecto del Código Procesal Contencioso-Administrativo, que entró en vigencia en 2008.

Ese grupo estaba formado también por Ernesto Jinesta, Manrique Jiménez y Aldo Milano. Este último abogado calificó a González de “un entusiasta”. Con él compartió de cerca un viaje a España, donde expusieron el borrador del Código Procesal Contencioso a los académicos más destacados en la materia en ese país, para que le hicieran correcciones.

“Muchos de los fallos de Óscar González han sentado las bases para que posteriormente la Sala Primera se funde en ellos y resuelva casos análogos. Tuvo aportes enormes en la judicatura. Lo reconozco como un juez con un enorme dominio de la materia, probo y estudioso del Derecho”, afirmó Milano.

Román Solís recordó que González asumió la puesta en marcha de la jurisdicción contencioso-administrativa desde encontrar el edificio en Goicoechea, desarrollar la infraestructura tecnológica e informática, hasta contratar y preparar a unos 50 jueces en un modelo novedoso, que dejaba lo escrito y pasaba a lo oral.

Para Solís, la formación académica le permitió a González tener claridad sobre la realidad operativa del aparato estatal costarricense y la responsabilidad administrativa del Estado.

Por ejemplo, Solís recordó que González hizo una interpretación evolutiva del artículo 190 de la Ley General de la Administración Pública, y construyó una teoría del funcionamiento normal de la Administración con consecuencias anormales.

Esa opinión la compartió Álvaro Fernández, quien sostuvo que Óscar González defendía que también había responsabilidad en la actitud omisiva de la Administración Pública.

El presidente de la Sala Primera, Luis Guillermo Rivas, acompañó a Óscar González a dar charlas en instituciones públicas. Rememoró que a dicho magistrado incluso lo buscaban del extranjero.

Según dijo Rivas, González captaba a los mejores alumnos de sus clases y los motivaba para que trabajasen en el Poder Judicial; muchos ahora son jueces y letrados.

“Su labor seguirá siendo un norte para aprovechar sus conocimiento y su gran capacidad como académico”, manifestó Álvaro Fernández.