Madre de joven asesinado en masacre de Liberia: 'Que lo perdone Dios (...) a mí me hizo mucho daño'

Francisca Condega cuenta drama que ha vivido

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– ¿Usted lo perdona?

– Que lo perdone Dios (...) a mí me hizo mucho daño. Me ha hecho demasiado daño. Yo no sé si en algún momento lo iré a disculpar, porque perdón solo Dios.

"Por el momento no, porque el daño que él me ha causado, más a mí, con lo que le hizo a mi hijo... fue con el que más se ensañó, más en mi hijo... todo lo que le hizo. Es difícil. No lo odio, tampoco. Yo sé que también él está sufriendo, claro de otra forma verdad".

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Así rompió el silencio que mantuvo por más de un año Francisca Condega García, de 47 años y madre de Ariel Vargas Condega, uno de los cinco jóvenes universitarios asesinados el 19 de enero del 2017, en un apartamento en barrio La Victoria en Liberia.

Esta mujer humilde, visiblemente afectada y quien habita barrio La Guaria de Liberia, permanecía en su casa luego de haber escuchado la dura sentencia: "Este juicio lo que hizo fue revivir otra vez lo que había pasado. Eso es muy duro”, dijo.

Agregó que el fallo de 216 años de prisión era lo que esperaba, aunque admitió que en ocasiones tuvo temor de que dejaran en libertad al sospechoso, pues dijo que "uno ha visto tanto casos que a la hora de llegada se traen abajo todo, al final la decisión la tienen los jueces".

Francisca Condega se mostró disconforme con el hecho de que el condenado por estos cinco crímenes, Gerardo Ríos Mairena, estuviera en libertad al momento de los hechos, pues había sido condenado a siete años de prisión por transporte de drogas, pero contaba con una beneficio carcelario.

Mairena había sido puesto en libertad en diciembre del 2016 y en enero fue cuando perpetró los crímenes.

“Ese muchacho, a la calle no podía irse. Todo por el Ministerio de Justicia”, afirmó.

La mujer agregó que su hijo era una gran ayuda para el sostenimiento de la familia que la conforman otros dos hijos. "Ariel trabajaba, estudiaba y bailaba en un grupo de Merecumbé".

Doña Francisca Condega, al igual que los otros familiares de los fallecidos, están recibiendo atención psicológica por parte de un equipo de la Universidad de Costa Rica (UCR), con terapia de grupo y acompañamiento. Esos profesionales este martes recomendaron a los familiares que no hablaran con la prensa, pues era revictimizarlos.

"La sentencia es como un peso menos. Es como un capítulo que uno pasa, pero para mí no pasa (...) trataré de de ir saliendo poco a poco … pero hoy volví a revivirlo todo. El daño que le hizo a mi hijo... fue con el que más se ensañó".