¿Por qué hay 136 proyectos de colegas suyos (y propios) acumulados en su oficina?
Ese es un informe estadístico que no se ha ajustado por una razón. La Asamblea Legislativa tarda mucho en nombrar magistrados. Cuando doña Anabelle León salió, me nombraron a mí, pero había pasado un año. Entonces, todo lo que tramitó la magistrada suplente en ese tiempo no sirve, porque luego entro yo y tengo que volver a revisarlo. (...) Yo nunca podría votar un proyecto que no he estudiado, que no he analizado y con el que no estoy de acuerdo. Por más trabajo que haya sacado la magistrada suplente, va con su firma. Eso significa que no se puede votar, porque no tiene mi visto bueno como titular. Eso está generando esa pega de expedientes. Lo mismo ocurriría con Jorge López si la Asamblea nombrara hoy al nuevo magistrado, ¿cómo va a asumir las tesis de don Jorge?
De esos 136 proyectos, hay 93 casos que tienen más de tres meses de espera en su oficina. ¿Cuándo tiempo le demora a usted dar el aval?
Lo primero en tiempo, primero en derecho. Antes de entrar a revisar los que vienen nuevos, hay un grueso de expedientes que tengo que ir sacando, porque solo falto yo y mi compañero Jorge López, de verlos. Los otros tres magistrados hace rato ya los vieron, pero para mí, apenas empieza. Hay que darles prioridad a adultos mayores y procesos preferentes.
Entonces, ¿considera que no está retrasando el trabajo de la Sala Primera?
No, esto es una cuestión del momento en que yo ingreso.