La pesquisa que permitió desarticular una red de explotación sexual que afectó a 26 jovencitas con edades entre los 11 y 17 años, obtuvo este viernes el premio a la mejor investigación del año, que otorga el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Las autoridades judiciales resaltaron que se trató del primer caso en América Latina sobre trata de personas con fines de explotación sexual que se promovía en la Internet profunda, la cual requirió más de un año de seguimiento por parte de los agentes.
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Técnicamente, la web profunda es una parte de Internet que no está en los principales buscadores, es decir, son páginas a las que no se puede acceder fácilmente, pues se requiere de un software especial.
Los explotadores sexuales recurrieron a este mecanismo para que su negocio fuera más difícil de detectar y, al mismo tiempo, obligaron a los investigadores a una mayor especialización, para poder obtener pruebas contra el ilícito.
En este caso, el acceso a la red estaba bloqueado en Costa Rica, por ser el país de origen de muchas víctimas.
Al final, los investigadores lograron ingresar a la red y fue la primera vez que se realizaron "allanamientos a sitios web", lo que según el jurado muestra la astucia del personal para abordar nuevos tipos de criminalidad.
El galardón fue para la Sección de Delitos contra la Integridad Física, Trata y Tráfico de Personas.
El 8 de junio se realizaron ocho allanamientos en los que se detuvo a cinco sospechosos, de los que dos continúan en prisión preventiva.
En dos allanamientos, en Granadilla de Curridabat y San Rafael Abajo de Desamparados, cayeron los dos presuntos cabecillas de apellidos Núñez Romero, de 36 años, y Solano Corrales, de 41.
Otros tres sospechosos de integrar la banda fueron aprehendidos en La Aurora de Heredia, Alajuela centro y barrio La Cruz, en San José.
Wálter Espinoza Espinoza, director del OIJ, precisó que la banda operaba desde el 2009.
Otros casos destacados.
El segundo lugar fue para la Delegación del OIJ de Alajuela, que tuvo a su cargo la desarticulación de un grupo que realizó homicidios múltiples contra personas que hacían “tumbonazos”, es decir, que robaban cargas de droga.
El primer homicidio múltiple ocurrió en La Giralda de Alajuela, el 20 de agosto del 2015, donde fallecieron tres personas que habían sustraído 20 kilos de cocaína.
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Otros casos relacionados con el grupo desarticulado ocurrieron en Rancho Redondo de Goicoechea y en Coronado, donde fallecieron otras cinco personas.
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El 21 de junio de este año hubo siete allanamientos en los que se detuvo a seis sospechosos, quienes actualmente están en prisión preventiva, a la espera de juicio.
Los aprehendidos fueron cinco sujetos de apellidos Angulo, de 41 años; Fernández (31), Rodríguez (29), Castro (36) y Piedra (30), así como una mujer apellidada Ugalde, de 25 años.
Angulo y Fernández eran los líderes de la agrupación y residían en Purral, al igual que Ugalde, que es la compañera sentimental de Angulo.
Policías infiltrados en red
El tercer premio correspondió a un trabajo de la Sección de Estupefacientes del OIJ, que desarticuló a un grupo narco calificado como el mayor grupo organizado para el trasiego de droga de sur a norte.
Esa red tenía la base de operaciones en nuestro país y en Honduras.
En nuestra frontera norte ese grupo protagonizó varios ajusticiamientos por tumbonazos, en zonas como La Cruz, Peñas Blancas, Santa Cecilia y Santa Elena.
El 23 de noviembre del año pasado se desarticuló a esa banda transnacional y se logró inculpar a 50 personas. De ellas, 36 cayeron en nuestro país, incluidos 10 policías, cinco de la Fuerza Pública, dos de la Policía Turística, dos de la Policía de Tránsito y uno de Guardacostas.
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La premiación tuvo lugar en el auditorio Miguel Blanco Quirós, en el edificio del OIJ en San José.
También hubo mención honorífica para las delegaciones del OIJ en Los Chiles, Limón, Pococí y Puntarenas, así como para la Sección de Fraudes y Estafas, por otros casos importantes que lograron clarificar.
¿Qué es la Internet profunda?
Las autoridades la califican como una ventana de oportunidades para la delincuencia, donde un usuario puede comprar o vender drogas, armas, pornografía infantil o realizar extorsiones al alcance de un clic y sin dejar rastro alguno.
Así es la deep web o Internet profunda, una herramienta digital que cada año toma más popularidad en Costa Rica y en el extranjero.
Técnicamente, la web profunda es una parte de Internet que no está en los principales buscadores, es decir, son páginas a las que no se puede acceder fácilmente.
La Internet se divide en web superficial y profunda. En la primera es donde se encuentra información que está en buscadores y sitios tradicionales como Google, Yahoo, Facebook, entre otros.
Mientras que a las páginas de la Internet profunda solo se puede entrar por medio de un software especial, el cual toma menos de cinco minutos descargarlo en cualquier computadora y su principal característica es que permite navegar de forma anónima.
“La deep web lo que hace es confundir a quien quiere darle seguimiento al que está guiando el mensaje; entonces genera saltos a nivel del mundo.
”Esa comunicación, aunque yo la haga desde Costa Rica, si la hago a través de la deep web va a parecer que estoy en Finlandia y, en cinco minutos, va aparecer que estoy en otro país y, así por el estilo porque lo que pretenden es el tema de ocultar el origen del acceso.
”Está muy bien pensado y genera una ventana de oportunidades para la delincuencia”, manifestó Francisco Fonseca, fiscal adjunto de Delincuencia Organizada.