Estadounidense cuenta dramáticos segundos en los que sobrevivió a 14 balazos de gatilleros

Foráneo dejó el país porque teme por su vida

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"A pesar de que este incidente duró alrededor de un minuto, yo sentí como si no fuera a terminar esta experiencia traumática". Así recuerda el estadounidense Jason Noah Feinman el atentado al que sobrevivió, pese a que los homicidas le dispararon en 14 ocasiones en el parqueo de una cafetería en Escazú, San José.

El foráneo, de 42 años, narró este episodio de angustia durante el juicio que se inició este miércoles en el Tribunal Penal de Pavas contra dos jóvenes, acusados del intento del homicidio de este empresario de bienes raíces.

A través de una videoconferencia desde Los Ángeles, California, y con la ayuda de una traductora, el norteamericano contó lo sucedido el día en que estuvo a punto de perder la vida.

De acuerdo con Feinman, el 18 de marzo salió de su casa en horas de la mañana para ir al gimnasio, el cual está cerca de su vivienda, en Escazú. Posteriormente, a eso de las 9:55 a. m. fue a una cafetería –la cual había visitado un par de veces– para reunirse con un arquitecto que es un socio en un negocio.

Allí estuvo alrededor de 30 minutos y luego tenía pleneado dirigirse a su oficina.

Al terminar la cita, salió de la cafetería, se dirigió a su carro, se subió, lo encendió y bajó la ventana para darle una propina al guarda.

"Empecé a sacar la mano para darle el dinero al guarda y ahí fue cuando dos motociclistas llegaron desde la calle, casi me golpean el carro y se detuvieron a la par de mí ventana, tal vez como a un metro de distancia. En ese momento, el hombre que iba detrás de la motocicleta se bajó, se acercó a mi ventana, sacó una pistola y me apuntó directamente al pecho.

En un inicio Feinman pensó que los sujetos querían robarle su carro, un Range Rover 2014, según detalló, pero le empezaron a disparar.

"Yo levanté las rodillas y subí las manos protegiéndome la cara. Eso fue después de los primeros cuatro disparos. En el momento en que levanté las piernas mi carro empezó a moverse lentamente y él (el gatillero) continuó disparando. Yo alcancé al otro lado del vehículo, abrí la puerta del pasajero y salté. Lo que hice fue que empecé a gatear para usar el carro como escudo y lo único en que pensaba era que él iba a llegar por detrás y me iba disparar en la cabeza. Pero lo que escuché fue que la motocicleta se fue y mi carro golpeó otro vehículo. Ahí me quedé tirado en la calle y había mucha gente alrededor", recordó el estadounidense.

Feinman recibió un disparo el cuello, cuatro en el tórax, tres en el brazo derecho y seis en las piernas (tres en cada lado).

Tras el ataque, la ambulancia tardó seis minutos en llegar a la escena y luego lo trasladó en condición delicada al Hospital San Juan de Dios, en San José, donde estuvo dos días en coma y cuando despertó fue trasladado a un hospital privado en Escazú.

"Recuerdo que en la ambulancia los paramédicos trataron de mantenerme despierto, me cortaron la ropa y trataron de contener el sangrado en mi cuello y pecho", dijo Feinman.

Motivo del crimen. Según Feinman, desde que llegó a Costa Rica en el 2003 no tuvo problemas con nadie, por lo que desconoce por qué alguien lo quería matar.

Sin embargo, la víctima presume que el caso podría estar relacionado con un caso de extorsión al dueño de una compañía en la que la familia de Feinman había realizado una inversión "muy grande". Asimismo, detalló que en esa inversión que hicieron ahora había un faltante de $3 millones. No obstante eso está bajo investigación.

Después de que se recuperó del ataque, unos ocho meses depués, Feinman regresó a los Estados Unidos, pues en Costa Rica teme por su vida.

Agregó que viene al país cada tres meses, porque aún tiene negocios y para visitar a su hija, quien vive aquí con su madre.

Cada vez que viene contrata seguridad privada, añadió Feinman.

"Físicamente estoy bien, pero todavía tengo muchos ataques de pánico(...), Mi vida ha cambiado un 100%. A mí me encantaba Costa Rica, tenía una vida muy buena. Allá jugaba básquetbol, golf y tenía la custodia compartida de mi hija", enfatizó el estadounidense.

Los imputados. Este juicio se lleva a cabo contra un joven de apellido Calvo, de 22 años, y otro apellidado Solís, de 28.

En la acusación, Calvo figura como el conductor de la motocicleta, mientras que el otro es quien le habría disparado al estadounidense. Ellos fueron detenidos en agosto del año pasado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y actualmente están en prisión preventiva.

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Ambos se abstuvieron de declarar en la audiencia de este miércoles.

Feinman los señaló a ellos a través del reconocimiento facial, durante las pesquisas que realizó la Policía Judicial.

El fiscal Marco Pochet le consultó al estadounidense si los sujetos que el reconoció se encontraban en la sala de juicio y él señaló a los imputados. Dijo que el sujeto de camisa color verde (Calvo) era quien conducía la motocicleta y el de camisa blanca (Solís) quien le disparó.

A pesar de que ambos iban con casco, el nortemaricano asegura que reconoce sus rostros. También describió sus características físicas y la ropa que andaban el día que sufrió el atentado.

El juicio tenía programado para este miércoles el interrogatorio de tres testigos, pero no se presentaron. Ante esa situación, el fiscal solicitó al tribunal ordenar la presentación de las personas citadas, por lo que serán mandados a traer por la policía.

El tribunal está conformado por los jueces Giovanni Hernández, Marianela Oviedo y Luis Adolfo Mora.