Empresaria absuelta por delito de aleteo de tiburón

Juzgador estimó que no se cometió el hecho ilícito pues ella no ordenó la descarga

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Puntarenas. Una empresaria oriental, de apellido Tseng, fue absuelta ayer del delito de descarga de aleteo de tiburón.

La sentencia se dictó en el Tribunal Penal de Puntarenas, el cual había iniciado el debate el 4 de marzo.

El único juez que llevó el proceso, Franklin Lara, consideró que nunca se cometió tal delito.

El juzgador resaltó que, cuando se recibió la alerta sobre las aletas en el barco Wang Jia Men 88, en setiembre del 2011, la dueña colaboró en el proceso como traductora entre el capitán y la Policía y ella no ordenó la descarga de estas.

Lara indicó que el desembarco se dio ante el pedido de las mismas autoridades.

En nuestro país, la ley de pesca establece: “Se impondrá pena de seis meses a dos años de prisión a quien permita, ordene o autorice la descarga de aletas de tiburón sin el respectivo cuerpo o vástago, en los sitios donde se descargue dicho recurso, con la finalidad de vender o comercializar dichas aletas”.

El juez agregó que el barco llevaba una bandera de Belice y que, en ese país, el aleteo de tiburón no es un delito.

Lara ordenó devolver al capitán de la embarcación los $6.622 obtenidos con la venta de las aletas.

El Ministerio Público había solicitado dos años de prisión y el decomiso de la nave.

Caso. El proceso contra Tseng se inició cuando el barco llegó a un muelle en Puntarenas.

La Policía recibió la denuncia de que el barco transportaba 652 aletas “bajo la técnica del espinazo”, que consiste en que los animales son destazados y la carne es desechada, pero las aletas quedan unidas al esqueleto por una delgada piel. De esa forma, los pescadores argumentan que llevan los animales con sus respectivos cuerpos.

Por esa práctica, en noviembre del 2013 la Interpol emitió una alerta para sus 190 países miembros.

Ayer, los abogados defensores de Tseng, Bernal Chavarría y Óscar Mena, aplaudieron el fallo.

Los profesionales lamentaron que su representada tuviera que “enfrentar momentos difíciles por ser acusada”.

Por el contrario, los pescadores Javier Catón y Wílliam Flores, quienes habían denunciado el caso, lamentaron el criterio del juez.

“Es como un retroceso en el país”, dijo Catón.

En marzo del 2011 se condenó a un capitán taiwanés en Puntarenas al pago de ¢34 millones por aleteo de tiburón.