El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvo este jueves a dos hombres y una mujer sospechosos de los delitos de proxenetismo, trata de personas y violación de una menor de edad en Jiménez de Pococí, Limón.
Según la información preliminar, los hechos ocurrieron en mayo anterior cuando uno de los sujetos abordó a una estudiante de 13 años en el momento en el que volvía del colegio y la llevó a una casa donde la habría ultrajado. Luego, cuando la adolescente salió del sitio otro hombre la abordó y la habría llevado a un charral para violarla.
Posteriormente, cuando la estudiante ya se dirigía para su casa fue abordada por una mujer, que sería una conocida proxeneta de la zona y que la amenazó para llevarla consigo y explotarla sexualmente durante cuatro días. La Policía Judicial indicó que uno de los sospechosos amenazaba a la joven, haciéndole creer que trabajaba para un integrante de una peligrosa banda de la zona.
La mañana de este jueves las autoridades allanaron dos viviendas en barrio San Martín de Jiménez, las que detuvieron a los sospechosos de apellidos Barrantes Mendez, de 27 años, Contreras Salgueros conocida como “la flaca” y otro sujeto de apellidos Caballero Mora, de 51 años.
Al sitio los policías llevaron canes especializados en detección de sangre y semen. Además, recolectaron varias prendas.
El Código Penal establece, en su artículo 156, penas de 10 a 16 años a quien se haga acceder o tenga acceso carnal por vía oral, anal o vaginal, con una persona de uno u otro sexo cuando la víctima sea menor de 13 años. Además, este caso, de comprobarse los hechos, podría tipificarse como proxenetismo agravado, porque la víctima es menor de 18 años. Bajo esta premisa, las sanciones penales van de cuatro a 10 años de prisión.
“Estos hechos, cuya víctima es una menor de edad, en caso de comprobarse califican para que se impongan los extremos máximos de las penas. Conforme a los lineamientos jurídicos para la imposición de sanciones y, de acuerdo a los bienes jurídicos tutelados, el reproche debería ser el más severo atendiendo a la gravedad de los actos y que la víctima es prácticamente una niña”, explicó Federico Campos, abogado penalista.
Colaboró en esta información José Andrés Céspedes.