Condenan a tres por robar vehículos del Estado

Guarda del Inder también estaba acusado, pero quedó libre por dudas

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El Tribunal Penal de Flagrancia de Liberia condenó a tres sujetos de apellidos Pérez, Meneses y Álvarez por el robo de tres vehículos de la Oficina Regional de Liberia del Instituto de Desarrollo Rural (Inder). Los jueces impusieron cinco años de prisión a los dos primeros y seis años de prisión al último.

Igualmente, por el beneficio de la duda in dubio pro reo, se declaró inocente a un guarda de seguridad de apellidos Rivas, quien había entregado su turno pocos minutos antes de que se diera el robo.

El fallo fue dado en los Tribunales de Justicia de Liberia al final de la tarde de ayer lunes.

Los hechos ocurrieron el jueves 27 de marzo de este año, pocos minutos después de la medianoche, cuando varios sujetos ingresaron a las oficinas del Inder en Liberia y atacaron al guarda de seguridad que comenzaba su turno, al cual lo paralizaron con un dispositivo de descargas eléctricas, le quitaron el arma, lo obligaron a que los llevara donde estaban las llaves de los vehículos y lo dejaron atado en una bodega mientras huían con un Daihatsu Terios, un Isuzu Dimax y un Mitubishi L200.

Tras salir de la bodega el guarda dio aviso a la policía y en una rápida acción armaron retenes y detuvieron a los ahora sentenciados en la entrada de Upala, a aproximadamente 45 kilómetros del lugar del robo.

A los detenidos se les encontraron objetos del guarda como el foco, el arma y llaveros con llaves de otros vehículos de esta institución.

El Ministerio Público acusó a otro guarda -de apellido Rivas- por participar en los hechos. No obstante, los jueces consideraron que los elementos probatorios no eran contundentes.

Los fiscales señalaron como pruebas en contra de Rivas que hubo una llamada en la tarde entre su número de teléfono y el de uno de los sentenciados, así como que el guarda que fue atacado dijo que esa noche su compañero no se quedó como de costumbre fumándose un cigarro con él, sino que prefirió irse rápidamente.

La tesis acusatoria sostenía que Rivas era coautor al dejar ingresar a los sujetos y que luego, al irse él, atacaron al guarda entrante.

Al final del debate uno de los sentenciados dijo al Tribunal que, en efecto, ellos iban manejando esos vehículos, pero por encargo. Comentó que un sujeto lo contactó en San José para que fueran a Bagaces a recoger tres vehículos que tenían que llevar hasta La Sabana y que por eso le pagaba ¢50.000 por cada uno.

"Él me llamó y yo me traje a estos otros dos. Nos bajamos en Bagaces y ahí unos sujetos nos entregaron los tres carros. Solo nos preguntaron que si nosotros éramos los que teníamos que llevarlos hasta San José y simplemente los tomamos y nos vinimos. Yo nunca supe que eran robados. Si lo hubiera sabido, jamás acepto hacer ese trabajo", dijo el sentenciado de apellido Pérez.

El abogado defensor del guarda de seguridad, Juan Gerardo Quesada, había sustentado en sus conclusiones la posibilidad de que ellos no fueran los mismos que habían robado los vehículos y que, por lo tanto, el delito sería de receptación. No obstante, el Tribunal no dio credibilidad a esta postura.