Caso Keibril: ¿Por qué el OIJ afirma que la bebé está muerta?

Según los agentes, el único sospechoso de haber cometido el asesinato fue el padre de la pequeña, un hombre de apellido Casasola

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La investigación sobre el caso de Keibril Amira García Amador, la bebé de 9 meses desaparecida en Cartago, fue concluida por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) el pasado 12 de marzo. Los agentes determinaron que la pequeña fue víctima de homicidio y que su propio padre, un hombre de apellido Casasola, es el único sospechoso de cometer el delito.

Transcurrieron 11 meses para que el OIJ llegara a esta conclusión. Por ello, para comprender los hechos, le presentamos los puntos más relevantes de las pesquisas, desde que el individuo arrebató a Keibril de los brazos de su madre, quien entonces tenía 12 años.

El día a día de la investigación

Los hechos ocurrieron el 9 de abril del 2023, cuando los agentes recibieron el reporte sobre la sustracción de la bebé en calle Mata Guineo, de Cervantes, Cartago. Ese mismo día se identificó como principal sospechoso al hombre que, en apariencia, se llevó a Keibril para ocultar su paternidad.

Casasola tenía una cita en el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) el lunes 10 de abril del 2023, donde se determinaría si él era el padre de la niña. Por ello, según los agentes, el hombre habría decidido secuestrar a la menor y desaparecerla un día antes de la cita.

Para el 10 de abril, el OIJ ya estaba revisando múltiples cámaras de video para rastrear la ruta tomada por Casasola. A partir de este material, se descubrió que el sospechoso ingresó a un supermercado una hora antes de sustraer a la menor, donde compró cinta adhesiva, que, se presume, utilizó para cubrir la boca de la bebé.

Paralelamente, el equipo judicial localizó el vehículo del sospechoso en un cañal en el sector de Juan Viñas. Los videos no mostraron que el individuo entregara a la bebé a otra persona, por lo que se presume que la dejó abandonada. Por eso, se llevó a cabo una búsqueda intensiva en las zonas de Juan Viñas, Pacayas y Las Mesitas, que conmocionó a todo el país.

Vecinos, policías y agentes de rescate buscaron a la niña. Sin embargo, para el cuarto día de pesquisas, surgió la preocupación de que una bebé de 9 meses no podría sobrevivir tanto tiempo sin alimentarse, especialmente si estaba abandonada en un área boscosa o montañosa.

Otra hipótesis contemplada por los agentes es que el cuerpo de la bebé pudo haber sido arrastrado por elementos naturales, ya sea un río o un animal de la zona. A pesar de los esfuerzos para localizar a Keibril, hasta la fecha no ha sido encontrada.

Pese a la ausencia de un cadáver, Randall Zúñiga, director del OIJ, recordó que existe jurisprudencia en que “se han condenado personas con un cuerpo ausente”. Por ello, sostuvo que cuentan con elementos suficientes para redactar un informe en el que Casasola sea el responsable de dar muerte a la bebé como parte de una estrategia para ocultar que él era su padre biológico.

Ahora, la Fiscalía Adjunta de Género del OIJ presentará esta acusación ante el Juzgado Penal de Cartago.

Datos relevantes sobre la desaparición de Keibril

Desde el 7 de abril, dos días antes de la desaparición, los vecinos de Las Mesitas, en Cartago, observaron a Casasola cavando huecos en esta área. También lo avistaron el día de la sustracción, pero esta vez conduciendo a gran velocidad con las ventanas cerradas, al punto que casi colisiona contra otro vehículo.

En apariencia, según declaró Zúñiga a Teletica.com, el sujeto frenaba de súbito. Dado que el vehículo carecía de un asiento para pasajeros, estas condiciones pudieron provocar que la menor se golpeara y perdiera la vida.

Además, los agentes presumen que desde el momento en que el hombre sustrajo a Keibril y la dejó abandonada en un cañal, pasaron menos de 6 minutos. Al regresar a su hogar, los vecinos lo volvieron a ver, pero manejando de manera pausada y con las ventanas abiertas.

Días después, los agentes lograron ubicar al sospechoso. Mientras era entrevistado, estacionado en un vehículo cerca de Las Mesitas, mostró signos de preocupación evidentes en su lenguaje corporal, con la cabeza y manos sobre el volante.