Cárceles llevarán control más minucioso de visitantes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Hasta la semana anterior, quien quisiera ingresar a la cárcel de San Sebastián para visitar a un reo, debía esperar varios minutos para que un policía penitenciario anotara su nombre, número de cédula y hora de ingreso en un libro físico.

Debido a que el registro era manual, no se llevaba un control tan minucioso de quién era ese visitante, cada cuánto llegaba a compartir con ese preso y si también visitaba a otro reclusos en otras prisiones. Es decir, el control en ese sentido era escaso.

No obstante, a partir de este viernes, ese procedimiento cambió en la cárcel de San Sebastián gracias a la implementación de un programa de cómputo, el cual le permitirá al Ministerio de Justicia tener un perfil de cada visitante; es decir, conocer quién es, dónde vive y si visita otros centros penales.

Semanas atrás, este método se incorporó en las prisiones ubicadas en Puntarenas, Pérez Zeledón y Cartago. Mientras que, en los próximos días, se incorporará en las cárceles de Liberia; en la de Pococí, en Limón; y en la de Adulto Mayor, en San Rafael de Alajuela.

Se prevé que, en febrero, todo el sistema penitenciario utilice esa plataforma.

Según datos del Ministerio de Justicia, anualmente llegan cerca de 582.146 personas a visitar los 12.591 reos que había en el sistema al 1°. de diciembre.

¿Cómo funciona?

Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria, explicó que la plataforma guarda la información personal de quien llegue hasta la cárcel. Además, mantiene un registro actualizado de cuáles cárceles visitó y con cuáles privados de libertad departió.

¿Cómo funciona? Cuando la persona se acerca a la ventanilla muestra su cédula. El policía penitenciario hace un rápido cotejo con el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para determinar la veracidad de la información. Luego, se le pide datos básicos, como su dirección, para crearle su perfil dentro del sistema.

Así, la próxima vez que regrese a esa o a otra cárcel, solo deberá dar su número de cédula para poder ingresar. Esto permitirá, también, darle seguimiento al rastro de esa persona.

"Nos da la oportunidad de determinar si está yendo a hacer visitas en distintos centros penales. Si eso pasa, eso nos dispara una alerta para investigar cuál es la relación que tiene el visitante con la población en las diferentes prisiones. Podemos indagar si tiene parentezco, o si llega con otro propósito", detalló Bertozzi.

Además de llevar un control a lo interno, esta información también ayuda en caso de que alguna autoridad judicial requiera saber si alguna persona ha visitado a algún reo.

"Nunca se trabajó en el diseño de una herramienta informática que nos permitiera tener un control de visitas y generar más seguridad. Sabemos que hay muchas personas que llegan con el propósito de introducir teléfonos o generar conductas vinculadas con actividades delicitivas en la calle.

"Eso era lo que había: un descontrol en cuanto a la persona que llegaba, pero este sistema nos va desarrollando capacidades para ser efectivos en este tema. La idea es crear un registro histórico", resumió el director de la Policía Penitenciaria.

Control a lo interno

El sistema también tendrá otras funciones lejos de los perfiles como tales. Este está programado para que alerte cuando un reo está recibiendo más visitas diarias de las permitidas.

Según el Reglamento Técnico del Sistema Penitenciario, los reclusos pueden recibir por día únicamente a tres adultos y tres menores.

Bajo el sistema manual, era más difícil asegurarse de que esto se cumpliera, según el director policial. Ahora, si llega una cuarta persona a departir con él, será rechazada.

"Esto ayuda a tener un ambiente más controlado a la hora en la que se reciben visitas, baja niveles de riesgo a lo interno, porque permite tener control en cuanto a la cantidad de personas que ingresan", aseveró.

No son bienvenidos

Otro aspecto importante es que, además del perfil de los visitantes, se irá formando una lista de personas que no son recibidas en las cárceles, ya sea por una decisión administrativa, o bien por una orden judicial.

"Nosotros actualmente tenemos identificadas a varias personas que sabemos que se dedican a cometer irregularidades en los centros penales y lo vamos a ir incorporando", indicó el director.

En caso de que una persona que tiene impedimento, intente ingresar a la cárcel, el sistema arrojará la alerta y esta será sacada de la prisión.

"Si es una orden judicial la que le prohíbe acercarse, el visitante estaría violentando dichas medidas y nuestro deber es comunicarlos a la autoridad judicial que lo determinó", insistió.

Este tipo de alertas, aseguró, permite que se tenga un control de los espacios carcelarios. "Así sabríamos que va a ir la gente que tiene que irle a dar apoyo a su pariente. No llegarán personas que generan conflicto, que meten droga y ese tipo de cosas", puntualizó.