‘Hombre me cortó el brazo y me lo tiró entre los pies’

Oficial está hospitalizado desde el viernes, tras sufrir amputación

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Después de haberle cortado el brazo izquierdo con un machete a un oficial de la Fuerza Pública, el agresor tiró la extremidad amputada a los pies del policía.

El agente Reynaldo García Picado (42 años) recordó ayer, en la cama N.° 10 del Hospital del Instituto Nacional de Seguros (La Uruca), el momento en que perdió su brazo por defender a una mujer víctima de agresión doméstica el viernes.

El sospechoso, de apellido Espinoza, fue detenido ese día, y el Juzgado Penal de Upala lo envió seis meses a prisión preventiva desde el lunes por tentativa de homicidio.

Una llamada al sistema 911 alertó a la Fuerza Pública de que una mujer era agredida por su compañero sentimental en el barrio El Carmen de Upala.

El patrullero García se dirigió al sitio, con otros tres compañeros, para atender la situación. “Me bajé del carro, vi que el señor no tenía cara de buenos amigos, sino que tenía mala intención. Pensé que la cosa se podía poner fea.

”Traté de suavizar la situación, lo saludé de la mano; me dijo que la familia lo quería echar de la casa y dejarlo en ruinas. Los compañeros le dijeron que son solo problemas y que no tenía que destrozar lo que tanto le había costado (su casa).

”El agresor intentó ingresar a la vivienda donde estaba su esposa, pero los oficiales le dijeron que había una denuncia de ella, por lo que no podía entrar. Entonces, él corrió hacia adentro.

”Pensé que iba a hacer más daño en la casa y a la mujer. Me fui detrás y le dije: ‘Jefe, no se complique la vida’. Cuando él entró a la vivienda, yo ingresé y, de repente, sentí un golpe en el lado izquierdo de la cabeza; pensé que me había dado con un leño, pero fue con un cuchillo”.

García comentó que se echó para atrás, y el extranjero comenzó a perseguirlo con un machete. “Yo metí el brazo para defenderme y cuando saqué mi arma para accionarla (con la mano derecha), tenía mi mano izquierda en pedazos; no pude maniobrar la pistola”, dijo.

Amputado. El oficial cayó al suelo, sin darse cuenta de que ya tenía el brazo amputado. “Él me tiró el brazo entre los pies...”.

Sus compañeros lo auxiliaron; incluso, le ataron la extremidad con un mecate, hasta que llegó la ambulancia. Mientras tanto, uno de los policías fue en busca del agresor para capturarlo.

Los socorristas lo llevaron al Hospital de Upala y luego a Liberia. El agente había perdido mucha sangre, y los médicos no pudieron salvarle el brazo.

El oficial García asegura que no se considera un héroe por su acción ni por haberse enfrentado con el agresor. “Si yo soy un héroe, todos mis compañeros también lo son porque estamos expuestos a los mismos riesgos”, expresó García.

Reynaldo es padre de cuatro hijos de 10, 13, 15 y 18 años. Vive con ellos y su esposa, Lilliette Madriz, en Upala (Alajuela), donde trabaja desde hace cuatro años con la Policía de Fronteras, aunque ya cumplió 24 años como miembro de la Fuerza Pública.