Un escolar de nueve años, baleado antenoche en Limón, fue operado ayer tres veces y permanecía muy delicado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Nacional de Niños.
Los médicos que lo atienden temían ayer por su vida.
El director de ese hospital, Rodolfo Hernández, precisó que el menor presentaba un balazo en el abdomen y otro en su pierna derecha. “Llegó muy mal”, dijo.
El menor fue identificado como Joseph Abraham Ramírez Grajal y es vecino del barrio El Bambú, en la ciudad de Limón.
Según informes policiales, varios pandilleros se enfrentaron a balazos antenoche en momentos en que varios vecinos, entre ellos niños, hablaban en la acera.
Esto sucedió entre las 7:10 p. m. y las 7:15 p. m.
Todos corrieron, excepto Ramírez, quien cayó de repente quejándose de dolor. Cuando un vecino corrió para auxiliarlo ya había perdido el conocimiento.
La Fuerza Pública confirmó que al menor lo llevaron un auto particular hasta el Hospital Tony Facio, lo que “fue providencial”, manifestó Hernández.
Agregó: “La herida que presenta en el abdomen es muy grave. Gracias a que lo llevaron rápido al Hospital de Limón pudo ser preparado para su traslado urgente al Nacional de Niños”.
El proyectil partió en dos una vena que transporta oxígeno hasta los intestinos, explicó el Director del Hospital de Niños.
La noche del martes al niño lo mantuvieron en cuidados intensivos, pero dado a su agravamiento, fue remitido a San José.
Con tal propósito, se contactó con el Ministerio de Seguridad Pública y, en pocos minutos, estaba lista una avioneta de Vigilancia Aérea para el traslado.
A las 00:45 a. m. de ayer ya se encontraba en el Nacional de Niños para ser sometido a la primera de tres operaciones de emergencia.
“Durante el viaje se dieron continuas maniobras de resucitación al niño. Nos llegó extremadamente pálido, muy frío”, dijo Hernández.
Graves lesiones. Durante la primera operación, los médicos detectaron serias lesiones en una vena que lleva oxígeno a los intestinos.
“Estaban muy mal, sus intestinos se veían oscuros. Se trabajó primero en el control del daño y se cerró la cavidad abdominal”, agregó.
Horas después, el paciente fue llevado nuevamente al quirófano para una segunda intervención.
“Ya tenía los intestinos negros por falta de oxígeno. Se le tuvo que cortar más de dos metros de intestino delgado y se le extrajo el intestino grueso”, declaró el doctor Rodolfo Hernández.
La tercera tuvo lugar en la tarde. Ramírez seguía en Cuidados Intensivos. “Es un caso de minuto a minuto”, advirtió el profesional.
Manifestó que realizarán todos los esfuerzos posibles para salvarle la vida, pero insistió: “Estamos frente a un caso muy delicado”. Colaboró Róger Amoretti.