La Fiscalía pidió ayer fuertes penas para tres extranjeros sospechosos de formar parte de una organización del narcotráfico internacional, descubierta tras el accidente de una avioneta cargada con 177 kilos de cocaína el 10 de octubre del 2010 en el río Torres, La Uruca, San José.
Los imputados son los mexicanos Rubén Martínez (54 años) y Elvis Mendoza (32 años), más el piloto guatemalteco Otto Monzón del Cid, de 63 años.
El representante del ente acusador, Glen Calvo, pidió 20 años de prisión para Martínez (presunto líder) por tráfico internacional de drogas, y 17 años para Mendoza por el mismo delito, más otros dos por el de penalidad del corruptor.
Por otra parte, para el piloto guatemalteco se pidieron 12 años de cárcel por narcotráfico.
La Fiscalía terminó sus conclusiones ayer, tras señalar que el grupo narco vinculado con la avioneta siniestrada usaba tres aeronaves, además de aquella, para transportar la droga a Guatemala.
Además, sostuvo que los tres imputados tenían pleno conocimiento de la actividad ilícita a la que se dedicaban.
Los defensores del piloto y del mexicano Mendoza emitieron sus conclusiones ayer ante los jueces Álvaro Abarca, Alicia Salas y Gary Amador, del Tribunal Penal de Pavas.
Se espera que hoy finalice la etapa de conclusiones con la exposición del abogado Leonel Villalobos, defensor del supuesto líder del grupo.
Se desconoce si el Tribunal de Juicio dictará sentencia hoy mismo.
El debate en este caso se inició el 6 de febrero en la sala N.° 12 de los Tribunales de San José.
En esta etapa participaron varios testigos: agentes judiciales, el policía de la Fuerza Pública que detuvo a los mexicanos en Peñas Blancas, la notaria que creó las sociedades de Martínez en Costa Rica, y dos hijos del piloto, entre otros.
Precisamente, uno de los hijos que declaró en el debate, Otto Monzón Monroy, murió el jueves anterior cuando un avión de carga que pilotaba, tipo Aerocomandar 500, con matrícula TGJAB, de Guatemala, se fue a pique en una montaña de la aldea Plan de la Laguna, en el municipio de San Jerónimo, Comayagua, Honduras.