DIS infiltró a Astur, dice Soto

Alega que nexos con empresa formaban parte de operación secreta

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Una operación especial de inteligencia, en la que participaron al menos dos agentes infiltrados, fue lo que originó, según el jefe suspendido de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Mario Soto Baltodano, los vínculos entre esa dependencia y la agencia de seguridad Astur, investigada ahora por presunta extorsión e intervenciones telefónicas.

De acuerdo con Soto, que ayer fue entrevistado por La Nación en su casa de habitación en Moravia, la infiltración se realizó para conocer los objetivos de la compañía -propiedad de españoles- en nuestro país y las características del equipo que utilizaban.

Soto advirtió que no había atendido las consultas de la prensa porque sus superiores le sugirieron guardar silencio sobre el caso. Ayer se intentó conocer la reacción del Gobierno sobre esas afirmaciones, pero el ministro de Información, Alejandro Soto, no respondió a los cinco mensajes que se le dejaron en su oficina y en su radiolocalizador.

A continuación un resumen de la conversación.

-¿Quién fue el primer contacto entre la DIS y Astur?

-Conocí a José Ramón Romani -en ese entonces gerente de la compañía- por medio de Fernando Soley Soler.

-¿Cuál fue la relación que tuvo la DIS con la empresa de seguridad?

-Nosotros dudamos siempre (de este tipo de empresas); así que le pedí a dos oficiales, Gerardo Hernández y Gustavo Chaverri, que se les acercaran y los vigilaran para saber quiénes eran y qué pretendían.

-¿Cuál fue el resultado de esa operación?

-Hernández hizo su trabajo y me entregó un informe que daba cuenta de algunas irregularidades que luego envié al Organismo de Investigación Judicial (OIJ); entre ellas, la contratación del exlíder del "Comando Cobra", Mínor Masís. Sin embargo, creo que Chaverri se extralimitó en sus funciones.

-¿A qué se refiere?

-Presumo que se mezcló con la empresa. No sé hasta dónde llegó su relación con ellos.

-¿Qué le hace pensar eso?

-Ellos me comentaron que Astur pretendía ingresar un equipo especial al país. Yo les dije que los vigilaran en todo momento y que indagaran todo lo que pudieran sobre el equipo. Pero nunca les ordené que gestionaran el ingreso ilegal de la mercadería. Si eso ocurrió, también tendrían que investigar los motivos que tuvo el funcionario de Aduanas para obviar los mecanismos correspondientes.

-¿Inspeccionó usted el equipo de Astur?

-Mis oficiales me citaron y lo probamos en un edificio vacío...

-¿Las instalaciones del antiguo Banco Anglo?

-Prefiero no decirlo... Después de la prueba, los técnicos me informan de que se trata de una máquina de barrido telefónico, totalmente defensiva y de fabricación comercial.

-¿Cómo se rompieron las relaciones entre la DIS y Astur?

-Cuando nos enteramos de que el señor Romani insistía en contratar a Mínor Masís. A partir de ese momento, no volvimos a recibir llamadas ni visitas de la compañía y entregamos el informe al OIJ. Después de la salida de Romani, la situación se agravó porque recibí denuncias de empresarios que los acusaban de extorsión.

-¿Informó usted a sus superiores (Ministro de la Presidencia y Presidente de la República) sobre lo que ocurría con Astur?

-Siempre estuvieron informados, por medio de informes escritos que les enviaba sobre el trabajo de la DIS.

Intervenciones telefónicas

-¿Efectuó la DIS barridos (detección de micrófonos) en el despacho del exministro de la presidencia, Elías Soley? ¿Contaron con alguna colaboración externa?

-Hicimos dos: uno después del cambio de gobierno, para el que contamos con la colaboración de un servicio extranjero que no es Astur; y un segundo que fue supervisado y ejecutado solo por la DIS.

-¿Detectó la DIS que Astur o cualquier otro ente efectuara intervenciones telefónicas?

-Nunca tuvimos indicios de que eso ocurriera.

-¿Las efectuó la DIS?

-No. Siempre hemos respetado la Ley de Intervenciones Telefónicas.

-Entonces, ¿cómo explica la investigación judicial sobre el caso?

-No conozco los indicios que se tienen en esa instancia.

-¿Se reunió usted con el diputado independiente Rodrigo Gutiérrez el pasado 20 de febrero?

-Sí, lo hice. Quería agradecerle por su intervención en canal 4, donde dijo que todo esto se debía a una lucha política.

-El aseguró en un informe escrito dirigido a los diputados que quien manejaba la DIS era Bernardo Arce. ¿Es eso cierto?

-Eso nunca ocurrió. Cuando él recibió informes de la DIS fue por medio del Ministro de la Presidencia y en relación con asuntos de su cartera, como cualquier otro ministro.

-El diputado Gutiérrez también habla de un supuesto tráfico de prostitutas dominicanas ilegales por parte de la DIS.

-Eso es completamente falso. ¿Cómo se explica entonces que la DIS desarticulara en un mes la red más grande de tráfico de ilegales en Latinoamérica hacia Estados Unidos? Nuestra labor fue reconocida internacionalmente. Por eso es que me atacan.

-En el escrito, el diputado menciona la existencia de una policía política, amparada por la DIS, que se dedicaba a hacer espionaje de políticos y empresarios. ¿Existe esa organización?

-No. Es una mentira absoluta.

"Caso Chemise fue mi escuela"

Convencido de que las labores de inteligencia de un Gobierno "no pueden ser ejecutadas por un policía", el jefe suspendido de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Mario Soto Baltodano, asegura que su escuela para adentrarse en el mundo de los servicios secretos fue el juicio por el caso Chemisse.

Entre setiembre y noviembre de 1994, Soto, a quien se investiga en relación con el caso Astur, fue asistente del actual ministro de Seguridad, Juan Diego Castro, como parte acusadora en el juicio contra los hermanos José Manuel y David Romero Mora, autores del libro El caso Chemise.

La antesala de ese juicio fue la defensa que hiciera de Manolo Rodríguez, quien figuraba como acusado, junto con Castro, en una demanda planteada por Wálter Campos, testigo -ya fallecido- de los Romero.

"Al final del juicio, Juan Diego me envió una nota reconociendo mi valiente y brillante participación en el caso", recuerda el abogado herediano de 38 años.

Durante ese episodio y posteriormente, como miembro del grupo encargado de la seguridad de Figueres, Soto dice haber adquirido la mayor parte de sus conocimientos en materia de "recopilación de información y de evidencias con criterio jurídico".

Admite que, al concluir la campaña electoral, quien lo recomendó para el puesto de director de la DIS fue Bernardo Arce, actual ministro de Transportes, a quien conoció "hace muchos años" a través de su compañero de secundaria en el Colegio Saint Francis, Pablo Arce, hermano del ministro.

Pero, además del aval de Arce, ¿qué pesó para que Figueres lo designara como jefe de la seguridad del Estado? ¿Qué cualidades lo diferencian de al menos cinco personas que aspiraban a ese cargo?

"Muchos tenían experiencia policial y eso es un sesgo para ser oficial de inteligencia. Yo tenía experiencia en labores de inteligencia y además, soy leal", responde.

Una vez director de la DIS, Soto aprobó varios cursos de inteligencia y manejo de crisis, en Houston, Estados Unidos y San Pedro Sula, Honduras; ambos impartidos por los gobiernos de esos países.

Soto es hijo de Gonzalo Soto Rodríguez -herediano- y Argerie Baltodano Muñoz, oriunda de Liberia, Guanacaste, con quienes vive en Moravia.