Vecinos de Upala: En comparación con Otto, ‘pensábamos en algo peor’

Los habitantes resguardaron sus negocios con sacos de arena, además contaron con un sensor electrónico que mide el caudal del río

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este viernes, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declaró al cantón de Upala, Alajuela, en alerta roja por la inminente llegada de la tormenta tropical Bonnie. Sin embargo, desde días antes, la comisión local y los vecinos se organizaron para no revivir las duras experiencias vividas seis años antes con el huracán Otto.

Desde el momento en que se empezó a monitorear al ciclón, la Municipalidad de Upala solicitó insumos a la CNE y se preparó con más de 20 albergues para prevenir riesgos. Contrario a ello, en 2016 el cantón perdió a varios vecinos tras el paso de Otto, luego de que el propio ayuntamiento omitiera las advertencias.

“Pensábamos que iba a ser algo así, similar (a Otto), porque se rumoraba en las noticias que podía convertirse incluso en algo peor y que era similar a lo que llovía en un mes, pero gracias a Dios no pasó a más”, declaró aliviado este sábado Luis Zeledón, un residente de Upala, quien reconoció que los lugareños estaban alarmados por el paso de la tormenta Bonnie, presumiendo que podría ser tan devastador como los hechos registrados hace seis años.

También reportó que los aguaceros son continuos desde el viernes temprano, y que por la noche aumentaron, pero este sábado la situación no ha pasado a más. Upala tiene comunidades que son muy bajas y que cuentan con diferentes cosechas, como piña y tubérculos, que de haber afectado Bonnie con la magnitud que se esperaba, todo esto se hubiese perdido.

El río Zapote, que es el causante de los principales daños en otras inundaciones, sí se desbordó en horas de la mañana, pero con el pasar de las horas ha disminuido su caudal y “no se salió tanto como otras veces que llueve más fuerte”, mencionó Edith Hernández, otra vecina de Upala. Ella resaltó la labor de las autoridades de emergencia en comparación con hace seis años. “Yo veo que actuaron bastante bien, ya estaba más preparada la gente, incluso anduvieron comprando cosas”, como fue su caso, que compró alimentos para estar prevenida.

En esta ocasión, los habitantes resguardaron sus negocios con sacos de arena y perifoneo, además, desde aquella fecha del 2016, Upala cuenta con un sensor electrónico que instalaron, el cual mide el caudal y la crecida del río Zapote, monitoreado por una computadora y un celular que emite una alerta de sirena con el mensaje de “alerta de inundación”, que se escucha en todo el distrito central.

Aunque la alerta roja ya fue desactivada, el cantón se mantiene vigilante, pues las lluvias de la temporada ordinaria y el impacto de varias ondas y la tormenta Bonnie dejaron los suelos muy saturados y los ríos crecidos. Incluso, en algunas comunidades todavía se mantienen abiertos los albergues, por prevención.