Vecinos de Altos de Leonamar y Municipalidad ya conocían problema estructural

Presidente de asociación de propietarios y regidor municipal confirmaron a ‘La Nación’ que desde hace tiempo había riesgo en el sitio y aún así las acciones no habían llegado

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Ingenieros de la Municipalidad de Garabito y propietarios de casas en el lujoso residencial privado Altos de Leonamar ya conocían del problema estructural que había en la zona e incluso tenían planes de iniciar trabajos antes del invierno para evitar una tragedia como la que ocurrió la madrugada de este jueves, en la que cinco residencias cayeron al abismo con todo y piscinas, a escasos metros de playa Blanca, en Punta Leona.

El regidor Francisco José González Madrigal confirmó a La Nación que en el municipio puntarenense ya se sabía sobre las afectaciones en el terreno donde se ubica el residencial. Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos de Altos de Leonamar, Abel Chaves, también indicó a este periódico que los dueños de las viviendas estaban enterados del riesgo que había en el sitio y ya habían tomado precauciones.

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“Sí, esto era una situación que ya se venía presentando hace un tiempo atrás. Tanto los propietarios como la misma Municipalidad -no sé si informaron a alguien más- ya tenían indicios de que ahí había un problema con la base de las construcciones. Aparte de que las habían hecho muy a la orilla, ya se había movido un poco el terreno. Ayer (jueves) no sé si fue que se vino un temblor, pero se cayó todo de un solo”, afirmó González.

“Nosotros veníamos notando en algunas casas un tipo de desplazamiento, entonces en algunas se contactaron a especialistas. En años atrás Geofortis había estado por aquí e inclusive hicieron trabajos en dos de las casas que hoy día están sumamente afectadas. Esto es más que todo, de acuerdo a los estudios que han hecho, por una acumulación de agua en esos suelos, que estaba provocando los deslizamientos”, dijo Chaves por su lado.

Las imágenes de la emergencia trascendieron desde la tarde del jueves. En las mismas se puede apreciar como pisos completos de las propiedades colapsaron y cayeron por el acantilado. Se trata de estructuras con alta plusvalía, con piscinas y tinas de hidromasaje con vista a la costa del Pacífico. En Internet, esas propiedades se comercializan en precios cercanos a $900.000 y $1,2 millones. Aunque en las tomas se pueden contar cinco casas severamente dañadas, la Comisión Nacional de Emergencias ya adelantó que hay siete viviendas con problemas.

La Municipalidad de Garabito, en un video divulgado este viernes, reconoció que se percató del gigantesco incidente hasta este viernes y lo achacó a “efectos de la naturaleza” y las fuertes lluvias e inundaciones de finales del año pasado. Sin embargo, dijo que haría una inspección para valorar realmente qué fue lo que ocurrió y qué lo pudo haber ocasionado.

El concejal Francisco José González dijo que habló con inspectores municipales y con el ingeniero municipal de construcciones de Garabito, quienes le comentaron que ya había indicios del problema estructural en el soporte de las edificaciones desde hace un año y que los administradores del complejo no lo habían atendido.

“Yo pienso que ya con esto deberían hacer un estudio muy profesional del uso de toda construcción que esté en esa misma condición porque ese cerro no solo se aflojó en ese sector, si se aflojó ahí puede que hayan otras partes que también estén igual. Posiblemente hasta debilitó lo que queda y casas vecinas”, agregó el regidor.

González destacó que esto debe ser un llamado de atención para las entidades que otorgan y revisan permisos para construcciones en terrenos altos junto al mar, como la Municipalidad de Garabito, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo y el Ministerio de Salud.

“Ya había indicios de que las casas estructuralmente necesitaban reforzarse, pero no sé si el Colegio de Ingenieros, Bomberos o la misma Municipalidad notificó al dueño para que lo hiciera. La propiedad no estaba clausurada, estaba en uso, entonces eso me deja ver que ninguna institución puso impedimento”, concluyó.

Sin embargo, la Municipalidad, por ejemplo, no ha brindado detalles de los permisos constructivos de ese proyecto, desde cuándo datan y qué información tenían sobre los desplazamientos del terreno en esa área de acantilado, pues según los afectados, esa última información era de conocimiento en la institución.

Orden de evacuación

Por su parte, Abel Chaves aseguró que aunque los vecinos conocían del riesgo de deslizamientos, no esperaban que ocurriera pronto y el lunes realizaron una reunión con especialistas para iniciar con las reparaciones. Una vecina del condominio dijo a El Observador’ que desde inicio de semana recibieron una orden de evacuación.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Altos de Leonamar contó que se había recomendado hacer los trabajos antes del invierno y que considera que el temblor de magnitud 4,6 que ocurrió la mañana de este lunes en Jacó fue “la gota que derramó el vaso”, ya que les “ganó la carrera en ese sentido la naturaleza”.

“Me parece que es un llamado también para los gobiernos locales, para cada vez que vayan a dar permisos de construcción, principalmente en estas zonas costeras. Todas las casas estaban prácticamente deshabitadas. Como ya se sabía que estaban con estos problemas y ya algunas casas estaban presentando varios problemas serios, creo que los mismos propietarios evitaron llegar, porque no querían tener riesgos”, mencionó el vecino.

Chaves dijo que alrededor de 100 asociados, entre ticos y extranjeros, tienen casas en este condominio y las utilizan principalmente los fines de semana. Contó que aunque no sabe cuántas unidades habitacionales hay en este momento y es un lugar que ha buscado poblarse, tal vez el deslizamiento será “como un freno a ese desarrollo, porque hay bastante área, pero esto va a aplacar los deseos que tengan algunos de construir”.

La Comisión Nacional de Emergencias y el Cuerpo de Bomberos acudieron este viernes al condominio para hacer inspecciones del terreno y determinar si hay más riesgo de que la ladera siga desprendiéndose o más casas estén en riesgo.