Solución contra inundaciones en Gravilias de Desamparados apenas está en anteproyecto

Municipalidad realizará exhaustiva inspección en proyectos cercanos para ver si cumplen permisos o si influyen en incremento de emergencias de este año

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Carmen Molina Solano y otros vecinos de cuatro alamedas, en Gravilias de Desamparados, ya tenían la casa adornada para la Navidad que se aproxima, cuando una nueva inundación arremetió en 70 casas y causó pérdidas cuantiosas en muebles, electrodomésticos, ropa y los mismos adornos navideños, así como daños en locales comerciales.

El alcalde a.i. de Desamparados, Santiago Bermúdez, afirmó que aunque en esa zona los problemas son recurrentes en la estación lluviosa, nunca lo habían sido tanto como este año, pues en lugar de una o dos veces, ya son siete las ocasiones en que los vecinos salen afectados.

Según Bermúdez, la solución definitiva apenas completa la primera fase, que fue una evaluación hidrológica y de suelos, como base para el anteproyecto. El dinero de toda la obra remedial, estimada en ¢900 millones, tendría que gestionarlo el municipio mediante un préstamo con algún banco estatal, para luego licitar el cartel y poder comenzar los trabajos con maquinaria, por lo que la solución no parece pronta.

La idea es colocar un alcantarillado subterráneo que permita canalizar de mejor forma las aguas y materiales de arrastre para que discurran hacia los ríos y no hacia las construcciones.

Desde que se empezó a levantar Gravilias, hace 45 años, se identificó la necesidad de encausar la quebrada Chilamate para evitar inundaciones. Sin embargo, con el crecimiento de la infraestructura, hace unos 30 o 35 años, una parte de la comunidad quedó por debajo de la canalización del río y esto es lo que históricamente genera la afectación.

“El diseño de la urbanización se pensó para un momento demográfico diferente del que vivimos ahora. En los años 80′s cuando se realizó la canalización de la quebrada, jamás se pensó que Gravilias fuera a desarrollarse tanto y ser una zona completamente urbana”, dijo Bermúdez.

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Otros problemas

Además de las lluvias focalizadas que este año han afectado mucho la cuenca del río Cañas en Desamparados, lo mismo que en Aserrí, los vecinos insisten en que movimientos de tierra en varias construcciones, así como la falta de dragado y limpieza de los cauces pueden incidir en que estos se hayan colmatado y causado las recurrentes inundaciones.

Ante la cantidad de inundaciones de este año, se va a investigar si dos proyectos que se desarrollan a menos de 10 kilómetros de Gravilias han cumplido con todas las regulaciones técnicas, pues ambos cuentan con los permisos de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), confirmó el funcionario.

Ya los inspectores los han visitado, pero se va a realizar una revisión más minuciosa, para asegurar que se haya cumplido lo aprobado por Setena y saber si tienen alguna incidencia en lo que ocurre este año.

Sobre anteriores intervenciones que ha hecho el municipio en Gravilias, Bermúdez dijo que se hicieron con el fin de mitigar los impactos en la estación lluviosa, pero no se trata de las obras finales para solventar el problema, que surge por una diferencia de niveles la cual facilita los severos anegamientos cuando llueve.

Este martes, avanzada la mañana, cuadrillas municipales llegaron a las zonas afectadas, cercanas al colegio de la zona, donde se llevó maquinaria para habilitar la calle principal y luego recolectar los bienes dañados que los vecinos apilaron frente a las casas. El alcalde dijo que se coordina con el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para acompañar a las personas más afectadas.

No sabía que se inundaba

Carmen Molina, vecina afectada, dice que hace tres años su familia compró la casa, sin saber que era una zona de tanto riesgo. Afirma que otras veces el agua llegaba hasta el corredor, pero este lunes entró a la sala, la cocina y los cuartos. Ahí viven seis personas, su esposo, hijos y una nieta.

Los vecinos presentaron una carta urgiendo al municipio para que realice un arreglo definitivo, pues las pérdidas son muy grandes e incluso los centros educativos fueron afectados por las lluvias.

Molina agregó que anoche la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) se presentó al sitio y les llevaron algunos alimentos y colchonetas, pero ahora esperan que el IMAS les brinde ayuda para salir adelante.

Por su parte, Tatiana López Zeledón, de 35 años y madre de tres hijos, estaba en su casa el lunes cuando a eso del mediodía comenzó a llover y de repente “todo parecía un río. Perdimos la cama, los sillones, la ropa, dos computadoras, los electrodomésticos y los alimentos”, afirmó esta ama de casa. Ella y su esposo, que labora como pistero, alquilan la casa que se anegó como no lo habían visto en tres años de vivir ahí.

Dijo que el fin de semana también había llovido pero no tanto como el lunes, pues empezó desde la mañana y después del mediodía comenzó a correr el agua por la segunda alameda, donde ella vive. La CNE les llevó colchonetas para dormir y alimentos.

Jose Pablo Solano Monge, de 34 años, ha vivido siempre en Gravilias. Dijo que pese a las gestiones realizadas en el municipio y la recolecta de firmas para presentar recursos de amparo, todo sigue igual.

Afirma que cuando hicieron el gimnasio del colegio de Gravilias, así como una iglesia de mormones y una ferretería se acentuaron los problemas, pues al parecer eso redujo el caudal de las tuberías y el agua no fluye.

CNE atendió 148 incidentes

Blas Sánchez, de la CNE indicó que entre lunes y la mañana del martes hubo 148 incidentes por inundaciones y deslizamientos, la mayoría en Desamparados, donde lluvias intensas en un corto periodo generaron la crecida del río Cañas y el Chilamate.

El comité local reportó 70 casas con entrada de lodo y escombros, lo que obligó a abrir un albergue donde pernoctaron siete personas, mientras que al resto de afectados se les facilitó agua potable, alimentos, cobijas y colchonetas.

Como parte de la transición hacia la época seca, todavía pueden surgir lluvias en las montañas que desborden ríos y quebradas, principalmente en el Pacífico y el Valle Central.

En el Caribe los meses de noviembre, diciembre y enero son de los más lluviosos, por lo que se pide precaución por lluvias y deslizamientos como los que cayeron en la ruta entre San José y Limón por el cerro Zurquí, que obligaron a cerrar el lunes el paso vehicular, el cual fue reabierto este martes.

Para los próximos días el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) prevé una atmósfera más estable, con lluvias dispersas en el Pacífico y Valle Central. Lo anterior debido a que regresan los vientos alisios moderados en el centro y norte de país, lo cual trae lluvias dispersas en las cordilleras del Caribe y zona norte, así como aguaceros aislados en el Pacífico central y sur.