La próxima semana se iniciará la construcción de los refugios para visitantes que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) exige como requisito principal para reabrir el acceso al mirador del cráter del volcán Poás, en Alajuela.
Se trata de cinco estructuras de concreto que protegerían a los visitantes en caso de una erupción con materiales sólidos, como las que provocaron el cierre del parque nacional desde abril del 2017.
El arranque de las obras, que demorarían unas seis semanas, lo confirmó este martes el director regional del Sistema Nacional de Areas de Conservación (Sinac), Rafael Gutiérrez, al informar que ya el Ministerio de Salud dio el último aval pendiente.
Además, explicó que en las áreas silvestres protegidas administradas por el Sinac no se requiere permiso municipal. A la Municipalidad de Poás solo se le informa de las obras y se le presenta la información técnica, explicó.
"Todo está en orden, estoy coordinando con la empresa para conocer detalles, pero a cómo está la situación no hay problemas y vamos a poder iniciar obra la próxima semana", expresó Gutiérrez.
El Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) registró el proyecto el 18 de mayo, mismo día que que fue tramitado por la empresa Valdesol S. A.
Esa entidad está a la espera del nombre del profesional responsable del proyecto, lo cual, según Gutiérrez, quedaría listo en cuestión de horas.
El CFIA explicó en un comunicado de prensa que ellos registran la responsabilidad profesional de los proyectos, previo a que sean tramitados ante las oficinas públicas encargadas de autorizarlos.
Por lo anterior, el 18 de mayo registraron la responsabilidad del diseño e inspección del refugio para visitas y de inmediato lo enviaron a revisión del Ministerio de Salud.
Sin embargo, como este martes en la tarde aún no habían recibido el nombre del profesional responsable de la ejecución de la obra, aclararon que ellos no tienen ninguna responsabilidad sobre eventuales atrasos en la reapertura de ese Parque Nacional.
Obras en paralelo
El Comité Asesor Técnico en Vulcanología y Sismología estableció el pasado 12 de febrero los requerimientos que debían ser implementados para la reapertura.
Mientras se gestiona la construcción de refugios, valorados en ¢100 millones, se instalaron los rótulos en los que se indican las precauciones que deben tomar los visitantes y se logró la recuperación de la infraestructura de senderos y barandas.
También avanza la capacitación a funcionarios del área protegida, los guías de turismo y los habitantes de comunidades aledañas sobre los pasos a seguir en caso de una emergencia.
El costo de los refugios se financiará con la ayuda de dos Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), ya que el trámite estatal es más lento y complejo.
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El domingo pasado los comerciantes de zonas cercanas al coloso realizaron una marcha para pedir diligencia en las obras debido a que afrontan cuantiosas pérdidas desde que se cerró el acceso al volcán, el 13 de abril del 2017.