El terremoto del 2 de abril de 1983, cuyo epicentro estuvo cerca de Puerto Jiménez de Golfito, sigue presente en la memoria de muchos lugareños.
Gerson Fernández, vecino de Palmar Norte, recordó que aquel Sábado Santo en las calles la gente gritaba y lloraba.
La mayoría se concentró en la plaza de deportes y cada vez que se volvía a mover el suelo se les escuchaba decir, en una sola voz: “está temblando”.
Esa vez hubo un muerto por un deslizamiento, varios heridos, 50 casas destruidas, puentes falseados, postes caídos, edificios colapsados, suelo agrietado y daños en la vía ferroviaria.
Fernández dijo que estaba en un bar y vio que las botellas caían de los estantes, la corriente eléctrica se fue y al salir del lugar y tratar de caminar por las carreteras no se podía, porque el suelo se movía como las olas.
La gente quedó muy nerviosa. Hubo familias que, por varios días, prefirieron dormir en la plaza debido al miedo.
El alcalde de Osa, Alberto Cole, coincide en que no se podía ni caminar. “Fue tan fuerte que me tiró al suelo y aunque trataba de incorporarme no podía. Se escuchó primero un ruido”, contó.
Salón de baile colapsó. Para Gerardo Navarrete, el principal recuerdo es que ese Sábado Santo había un baile en el salón La Terraza Imperial, de dos pisos, donde tocaba el grupo local Térraba.
“Eran como las 9 p. m. y el salón estaba lleno. Yo estaba bailando. Sentí que todo se movía y cada vez más fuerte, aquello era indescriptible”.
Añadió que el edificio se mecía horrible, la gente gritaba y comenzaron a tratar de salir todos a una sola vez por unas escaleras. Hubo personas heridas, ya que unos se lanzaron por ventanas.