Upala
El policía de fronteras Dionisio Elizondo Rosales, de 39 años, subjefe en La Cruz de Guanacaste, tenía cuatro horas de haber llegado con su hijo recién nacido a su casa en Moreno Cañas de Upala, cuando empezó lo peor del huracán Otto.
A Elizondo, quien tiene 15 años de pertenecer al Ministerio de Seguridad, le ha tocado trabajar en temas de albergues en Guatuso, inundaciones y, en los últimos meses, el de los extracontinentales en La Cruz.
Mientras ahora sí, disfruta de sus días libres por maternidad, recordó que ese día se dirigía a su casa con su pareja y notaron que llovía bastante fuerte, pero dijo que nadie se esperaba una situación como la vivida.
Poco después observaba cuando unos 15 vecinos decidieron abandonar sus viviendas.
“La idea del albergue se la comenté al presidente de la Asociación de Desarrollo, Noel Ortiz, con quien pedimos fiado en las únicas tres pulperías”, contó, al reconocer que se habían preparado para que Otto golpeara en La Cruz, no en Upala.
“Lo primero que decidimos fue abrir el salón comunal a las 11 p. m. para que se resguardaran allí. No teníamos comida ni colchonetas para las 15 personas iniciales, que eran 40 al amanecer.
”Ropitas que mis hijos han dejado sirvieron para que la usaran otros bebés albergados. Lo más duro de esa noche fue ver que llegaba gente y no teníamos las condiciones... acabamos con todas las candelas del pueblo”, agregó.
Comentó que “en los hijos de otros veía a los míos, pensando que si ese fuera mi hijo, me gustaría que lo cuidaran bien”.
Con todo más tranquilo, ahora a su bebé, Mateo Valentín, los vecinos le dicen Otto Mateo.