Llamas dejan sin nada a 236 personas en Alajuela

Falta de agua y fuerte viento dificultaron trabajo de los Bomberos

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Un daño eléctrico en el tendido interno de una casa, unido al fuerte viento, provocaron un incendio anteanoche que dejó sin techo, ropa y alimentos a 236 personas.

El hecho se produjo la noche del jueves a las 9:38 p. m. en la urbanización Caro Quintero, en La California, en el distrito de Río Segundo, Alajuela.

Los afectados, quienes se quedaron solo con lo que tenían puesto, buscaban ayer algo que pudieran rescatar entre los escombros. La mayoría lo que hizo fue vender las latas de cinc a chatarreras, para obtener algún dinero.

Ciany Murillo Porras, presidenta de la Asociación Específica Provivienda La California, dijo que en total el fuego destruyó 70 casas. Agregó que de forma provisional se habilitó el pequeño salón comunal para dar alimentos, cobijas y colchonetas a los perjudicados, mientras les encuentran un lugar donde puedan vivir.

El alcalde de Alajuela, Roberto Thompson, dijo que están colaborando en la atención de primer impacto, pero, al tiempo, hizo pública su preocupación pues el terreno donde se produjo el siniestro, es propiedad de una sociedad de mexicanos, donde el Estado no puede invertir dinero.

“Hemos trabajado en regularizar esa situación. Lo ideal es pasarlo a poder municipal para desarrollar con el IMAS y el Ministerio de Vivienda un proyecto habitacional pero eso será a mediano plazo” manifestó.

El incendio ocurrió en una propiedad de dos hectáreas que se encuentra al sur del aeropuerto Juan Santamaría, y fue donde el 4 de abril de 1985 se detuvo al narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero. Tras varios días de que la quinta quedó sola, fue invadida por precaristas. En la actualidad allí hay 130 viviendas y habitan un poco más de 1.000 personas.

Origen. Jacinto Saborío, investigador de incendios del Cuerpo de Bomberos, dijo que el fuego se originó en una casa que está en la parte más baja de una ladera.

“Es la parte más favorable para un incendio. El viento empujó el fuego hacia las demás estructuras. El desplazamiento fue muy violento y rápido. En diciembre del 2004 tuvimos un incendio similar en Pavas donde se quemaron 80 casas. Empiezan en la parte más baja y se propagan hacia la parte alta”, dijo.

Saborío añadió que, además, el fuego se propagó pues las casas eran de madera o materiales de desecho. Asimismo, hizo ver que en el lugar solo había un hidrante (ubicado a 400 metros del sitio del incendio) y el difícil acceso dentro de las construcciones.

“Hay aceras de 40 centímetros de ancho y por ahí un bombero debe pasar con el equipo puesto que pesa 40 kilos, al tiempo que debe lidiar con la manguera” explicó Saborío.

Sin nada. Marcos Esteban García Angulo, un hombre de 75 años, dijo que estaba dormido y cuando le gritaron que había un incendio: “Tomé una ropita y la metí en una camisa y con eso salí”. Agregó que una hija igualmente metió ropa en un saco y alguien se la robó.

Otra afectada, Giselle Campos Sánchez, madre de seis hijos, dijo que al principio creyeron que solo era humo: “De un pronto a otro se vinieron los llamarones. No logramos sacar mucho. Solo un par de bultos y un par de cobijas”.

Mientras, Maribel Arroyo Vizcaíno, de 51 años y cuyo esposo padece alzhéimer, expresó que el fuego le destruyó el esfuerzo de 26 años de vivir en el lugar.

Arroyo, al igual que decenas de afectados consultados, dijeron que esperan ayuda para reconstruir las casas en el mismo lugar.