Dueño de estanque de tilapias: ‘Espero alistar 3 lagos para reabrir mi negocio, pero lleva tiempo’

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Upala

Uno de los sitios de pesca recreativo más conocidos de Bijagua es Tilapias Ángel.

A 22 días del huracán Otto, su dueño, Otilio Pichardo Villegas, de 54 años, rememora cómo los 10 estanques y lagunas donde tenía 45.000 tilapias, desaparecieron en cuestión de minutos.

El martes pasado, junto con dos amigos de Cañas, comenzó a restablecer tres de los estanques para reabrir su negocio.

Por ahora, solo el Banco Popular le dijo que le iba a congelar las deudas contraídas, mientras echa a andar su plan.

De igual manera, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) está colaborando con botas, colchonetas, carretillos y palas, pero necesita comprar cemento, tubos, herramientas y otros artículos.

Por 17 años ha trabajado con tilapias y en los últimos siete comenzó con sus dos hijos y su esposa, que es maestra, el proyecto que la avalancha se llevó.

“Eso sonaba horrible. Imagínese los árboles, las piedras, carros, casas y todo lo que arrasaba. Pasó en tres minutos y luego lo que quedó fue un río”, narró.

Todo quedó cubierto de barro y las tilapias, de entre 300 gramos y un kilo, se esfumaron.

El agua se llevó también unos peces decorativos. Las pérdidas directas rondan los ¢50 millones, sin contar el hecho de que se quedó sin ingresos.

“Cuando se oyó el estruendo, salí y sentí que el suelo vibraba, entonces me fui corriendo para huir con mi familia”, recordó.

Actualmente, dijo, no tiene dinero para reconstruir los estanques y solo ha recibido cooperación de algunos amigos.

Pichardo desmintió que las casas arrasadas en esa zona y el proyecto de tilapias estuvieran a la par de un río. “Aquí no hay río y por la quebrada, lo que bajaba era muy poca agua”, aseguró.

El día del huracán, la alcantarilla se taponeó y la avalancha corrió al lado del proyecto turístico, que es el más despoblado, lo que, según Pichardo, evitó que hubiera más muertos.

“Yo no le pido nada regalado a nadie. Estamos trabajando de 5 a. m. a 8 p. m. con la idea de reabrir. Ya unos amigos me dijeron que cuando tenga las piletas, me mandan peces para reiniciar”, relató esperanzado.

“Para eso se ocupa plata, pero solo nos han dado promesas. El presidente Solís dijo que iba a reactivar préstamos a bajo interés, pero eso se lleva su tiempo y a nosotros nos urge abrir”.

“Tenemos 17 años de sacrificio, de no tener carro, de trabajar todos los días, de no tener Navidades y todo el sacrificio se fue. Por dicha, nos quedó la vida ”, dijo