Cortocircuito causó incendio que destruyó el histórico templo en Copey de Dota

Investigadores hallaron cables eléctricos muy viejos que estaban en contacto directo con la madera del cielorraso

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Un corto circuito que se produjo en la instalación eléctrica entre el altar principal y la sacristía, fue el que provocó el incendio que el sábado, a las 11:50 p. m., convirtió en cenizas el histórico templo de Copey, en Dota, San José.

Así lo determinaron investigadores de incendios del Cuerpo de Bomberos, luego de revisar los escombros del inmueble, que desde diciembre de 1999 era patrimonio nacional.

Alexander Solís, jefe de la Unidad de Prevención e Investigación de los Bomberos, explicó que desde la entrada al inmueble, las líneas de abastecimiento principal de electricidad estaban en contacto con la madera y esto propició el corto.

Las líneas estaban sujetas al cielorraso por unas piezas que se llaman puentes, que son de cerámica y están prohibidas desde el 2012, cuando entró en vigencia el nuevo código eléctrico.

Confirmó que los daños más severos en los cables están en la parte que va desde el altar mayor a la sacristía.

"Ahí es donde tenemos la mayor concentración de daños, por el arco eléctrico que nos hace suponer que es ahí donde se originó el incendio. En el resto de la estructura no tenemos más evidencia de daños", dijo Solís.

LEA: Patrimonio advirtió de riesgo eléctrico en histórico templo consumido por fuego en Copey

Los investigadores llaman arco eléctrico cuando se unen los cables, el positivo y el negativo, y se produce el cortocircuito. Eso ocurre porque son cables que debido a su antigüedad y al calor, se les funde el plástico que los protege.

"Se calientan en forma paulatina hasta que pierden ese aislamiento. Se llega a generar un contacto. Se juntan las corrientes, se sigue derritiendo el plástico a gran temperatura que hace que caigan gotas de fuego sobre el material combustible. Ahí es donde surge el incendio", explicó el especialista.

Alexánder Solís dijo que ahora el cableado se mete en un tubo, para evitar precisamente que entren en contacto con otros materiales como la madera, que generan fuego.

En el caso de la iglesia de Copey, los bomberos estiman que el fuego alcanzó mucha fuerza y que llegó a alcanzar temperaturas de hasta 600 grados Celsius, lo cual generó que la estructura fuera destruida en un lapso de 20 minutos.

Solís agregó: "la fase que nos falta es llevar esos cables al laboratorio para que no certifique que los cables que encontramos corresponden al sitio donde presumimos que se inició el incendio".

Asimismo, señaló que las cuchillas o interruptores que había en la instalación y que se supone cortan la corriente en caso de un circuito, tampoco funcionaron.

Según, Héctor Chaves León, director del Cuerpo de Bomberos, estos son fuegos que se desarrollan de manera muy lenta y que primero generan humo y calor. "Si hubiera existido un sistema de detección de humo, algo se hubiera podido hacer", agregó.

Otra de las dificultades de este caso, fue que la primera máquina de los Bomberos llegó cuando el fuego abarcaba toda la estructura. Ese vehículo salió de la estación de San Marcos de Tarrazú y tardó 18 minutos en llegar al sitio.

Consultado Alexánder Solís sobre el por qué parte de la sacristía quedó en pie, sí ahí fue donde comenzó el fuego, respondió que fue en ese sector donde los bomberos empezaron el ataque las llamas, para evitar que se pasaran a la Casa Cural, que es una construcción que está contigua al templo y que no sufrió daños.

La Dirección de Patrimonio Nacional, del Ministerio de Cultura, había advertido a la iglesia católica hace poco más de un año algunas "vulnerabilidades"que tenía el inmueble de Copey, que se terminó de construir en 1926.

El sacerdote de Dota, Juan Carlos Quirós, dijo que tras el aviso se colocaron cinco extintores y se prohibió el uso de candelas y velas, mientras se conseguían los fondos para hacer lso trabajos correctivos.

Se estimó que una instalación nueva costaría ¢50 millones, dinero que la comunidad de 1.800 habitantes no tenía.