Cenizas del volcán Poás afectan salud, cultivos y ganado en Grecia

Municipio afirma que se ven efectos en pastos y cafetales; Ebáis recibe pacientes con problemas respiratorios y en las escuelas se trabaja pese al fuerte olor a azufre

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Vecinos de algunos poblados de Grecia, Alajuela, sufren los efectos por la constante emanación de cenizas que desde el lunes lanza el volcán Poás. No solo es la salud, sino también las labores.

Así lo confirmó Silvia Zamora, encargada de Gestión de Riesgo de la Municipalidad de Grecia, quien este miércoles constató los daños junto con representantes de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).

En las partes altas como San Luis y Cajón del distrito de Bolívar, así como San Miguel de Grecia, que colindan con la zona protegida del Poás, el pasto está quemado por la lluvia ácida y se percibe un olor fuerte a azufre.

Por esta razón, personal del Ministerio de Agricultura y Ganadería y del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) también realizó una gira más amplia por la región, ya que en algunas fincas han tenido que sustituir el pasto por pacas debido a que está lleno de ceniza y eso afecta el estómago y las mucosas del ganado.

Otras comunidades que sufren las consecuencias de la actividad del coloso son Los Ángeles, San Isidro, San Roque, Tacares, Rincón de Salas y cantón central, todos en Grecia.

La mayor afectación se da en la agricultura y la ganadería, debido a la gran acumulación de ceniza en los pastos y a la lluvia ácida que ha quemado algunos cultivos de café.

También los alumnos y trabajadores de los 27 centros educativos de la zona pasan incomodidades por las ceniza y el olor a azufre, como es el caso de los ubicados en San Luis, San Juan, Carbonal, Los Ángeles y Cajón. Sin embargo, en ninguno se han paralizado las lecciones.

El área de Salud de Grecia les reportó un incremento en las consultas de personas afectadas por asma, irritación de ojos y garganta, así como afectación en vías respiratorias. Esta semana más de 25 personas han requerido atención.

La salida de material seguía de forma persistente este jueves. Lo seco de las condiciones permite la propagación de material fino a largas distancias por efecto del viento.

El mayor impacto ha sido en Grecia y Sarchí de Alajuela, pero el material más fino puede llegar más lejos, lo mismo que el fuerte olor a azufre.

Magma juvenil en cenizas

Geoffroy Avard, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), confirmó que en las cenizas recogidas en el volcán hay un porcentaje de material juvenil, es decir magma reciente. No obstante, considera que son residuos de la lava que subió de manera súbita en las erupciones fuertes a mediados de abril del 2017.

El científico también realizó análisis de gases y detectó que se mantienen estables, lo mismo que las señales sísmicas. La deformación es nula.

Por lo anterior, no ve objeción alguna en que siga abierto al público, pero con las medidas de seguridad vigentes.

Reafirmó que la situación actual es diferente a lo ocurrido en el 2017, donde se vio un incremento de la sismicidad, así como una deformación del coloso y un aumento enorme de gases, principalmente ácido sulfhídrico (H2S), que en altas concentraciones es venenoso.

Según dijo, el gas irritante que estaba atrapado en lo profundo por el sistema hidrotermal ya no tiene nada que lo retenga y sale a la superficie libremente.

“Actualmente el magma que quedó del 2017 podría salir por efecto de los gases calientes y porque se secó el sistema hidrotermal, pero no se debe a que haya más magma empujando desde abajo”, afirmó.

La vigilancia se mantiene para determinar si la descompresión interna pudiese en algún momento aspirar de nuevo el magma profundo, pero de momento no hay signos de ese escenario.

Panorama cambiante

Eliécer Duarte, también del Ovsicori, quien el lunes estuvo en la cima del coloso, percibió gases muy fuertes e irritantes y cenizas que fluyen de forma permanente. También constató la presencia de algunos trozos compactos de material y esferas compactas de azufre.

Le llamó la atención lo cambiante del panorama donde desapareció la laguna y todo vestigio de agua, para dar pie a una superficie permeada de ceniza. en la que destaca la fumarola principal. Esta tiene unos 20 metros de ancho y 15 de profundidad, y se conecta al conducto por donde sale más ceniza y gases.

“Hay una fuente de energía vigorosa que trae enormes cantidades de gas, el cual se dilata al llegar a la atmósfera y se ve como bocanadas que arrastran sedimentos ácidos en altas columnas”, dijo Duarte.

Mauricio Mora, de la Red Sismológica Nacional (RSN), afirmó que, de momento, los signos no muestran que el volcán Poás tienda a fases más explosivas, pero es claro que la persistente emisión de ceniza puede generar impacto en la salud de las personas y animales, así como daños en cultivos y en equipos tecnológicos.

En la década de los 90, una actividad similar generó mucha afectación en la salud, principalmente en vías respiratorias, los ojos, alergias y piel en personas y animales.

En aquella ocasión, también hubo daños por erosión acelerada de materiales, así como en cultivos en Sarchí y Grecia, donde los vecinos alzaron la voz por la fuerte afectación.

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