Aunque puede salvar vidas, solo 10.000 usuarios tienen instalada la alerta temprana de terremotos

Marino Protti afirma que número crecerá cuando ocurra un sismo fuerte y la gente se percate de su valor

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Desde que el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) puso a disposición de usuarios de celulares Android la alerta temprana de terremotos, el 14 de junio, solo unas 10.000 personas la tienen instalada en sus dispositivos móviles.

Marino Protti, sismólogo de Ovsicori, explicó que, aunque el número actual de usuarios es considerable, inicialmente unas 80.000 personas bajaron la aplicación, pero muchos la quitaron después porque esperaban recibir muchas alertas, lo cual no ocurrirá, ya que el sonido y la vibración del dispositivo solo se activarán en caso de sismos de magnitud superior a 5.

“Muchos usuarios no verán la utilidad de la aplicación hasta que ocurra un evento significativo”, acotó el científico al aclarar que la aplicación no está destinada a ser utilizada todo el día, sino sólo en casos de un sismo fuerte. Dependiendo de la zona donde se encuentre la persona, tendrá la alerta con aproximadamente 30 segundos de anticipación.

Afirmó que para temblores de magnitudes entre 3 y 4, el teléfono vibra y envía una notificación, ya que generalmente no causan daños, mientras que los menores a 3, que son la gran mayoría, solo se registran con un mensaje de texto con datos básicos de magnitud y origen.

Contar con una alerta de estas facilita que los usuarios tomen medidas preventivas ante situaciones que puedan poner en peligro sus vidas y las de sus seres queridos, máxime que en Costa Rica se registran aproximadamente 15.000 temblores al año, de los cuales unos 150 son percibidos por la población.

Pruebas positivas

El lunes 25 de setiembre, a las 10:30 a. m., se llevó a cabo una prueba que permitió a los usuarios escuchar cómo el celular se activaba con el sonido “sismo, sismo, sismo” y simulaba un temblor de magnitud 6,1 en Quepos. Lo mismo ocurrió con el simulacro nacional de terremoto que la Comisión Nacional de Emergencias realizó el 9 de agosto.

La más reciente prueba se realizó durante una reunión de las instituciones involucradas en el proyecto regional de Alerta Temprana de Terremotos en América Central (ATTAC), con el propósito de detallar los avances en la implementación de la aplicación y definir cómo se le dará sostenibilidad en el futuro.

Protti aseguró que no han tenido problemas de falsas alarmas ni eventos sísmicos que hayan quedado sin alertar dentro del margen establecido. También afirmó que los usuarios han transmitido valiosa realimentación sobre cómo funciona el mecanismo y sobre los sismos.

El hecho de que muchos usuarios no han recibido todas las alertas se debe, según Protti, a que se requiere tener acceso a Internet al momento de la alerta. Además, solo llegará a personas que tengan tiempo de reacción, es decir que no estén cerca del sitio donde se origina el sismo.

En los tres meses y medio desde su instalación, el temblor más fuerte registrado por la aplicación ocurrió en Panamá el 2 de agosto, con una magnitud de 6.2, lo que activó la alerta para Golfito y las poblaciones cercanas a la frontera sur. “Desde que lanzamos la aplicación, creo que solo hemos tenido cinco eventos y ninguno ha sido extraordinario”, sostuvo Protti.

El 19 de junio hubo una alerta en modo de vibración en los celulares debido a un temblor moderado que tuvo una magnitud de 4,4 y se localizó a 2,7 kilómetros al noreste de Fila Negra de Turrubares, en San José.

Mayoría en Valle Central

La mayoría de los usuarios se encuentra en el Valle Central y a lo largo de la costa del Pacífico. Muchos son de Golfito, lugar donde según los estudios científicos se espera un terremoto próximamente. En caso de ser así, para estos últimos el aviso no ayudará mucho, ya que están muy cerca del eventual epicentro.

El Ovsicori cuenta con más de 100 estaciones en todo el país que captan las ondas primarias del un sismo y activan las alertas casi de inmediato, antes de que las ondas secundarias, que son las más destructivas, lleguen a regiones con potencial afectación. De esta manera, las personas que tienen la aplicación en su celular al menos pueden alejarse de ventanas u objetos pesados que puedan caer, agacharse y esperar a que pase el temblor antes de salir.

Si ocurriera un terremoto destructivo como el de Cinchona de Alajuela en el 2009, de magnitud 6,1, la alerta casi no funcionaría para la Gran Área Metropolitana, ya que al estar tan cerca del epicentro, el impacto llegaría a San José casi al mismo tiempo que el aviso. Sin embargo, para sismos como el de Nicoya (7,6) en el 2012, el de Limón en 1991 (7,7) o el de Golfito en 1983 (7,4), la alerta sería muy oportuna para el Valle Central.

Las personas que viven a 50 kilómetros del epicentro recibirán el aviso con suficiente tiempo para reaccionar, y quienes se encuentren a 100 o 150 kilómetros tendrán aún más tiempo.Para aquellos que están a más de 200 kilómetros del origen, no se estima necesario enviar una alerta, ya que las ondas sísmicas se debilitan a esas distancias y, aunque puedan sentir el temblor, no causarán daños en sus comunidades.

Una de las mejoras que se realizarán a la aplicación, antes de diciembre, es que estará disponible para su descarga en teléfonos con sistema operativo iOS.

Protti informó que Nicaragua recientemente puso en funcionamiento un aplicación similar y ya cuenta con 2.000 usuarios, mientras que Guatemala y El Salvador aún están en la fase de pruebas y no la han lanzado públicamente.

Alto costo

El costo de mantener un sistema de alertas es sumamente elevado. Solo la red de estaciones y su mantenimiento cuesta decenas de millones de dólares. Además, se suma el costo de operación del personal en el que la Universidad ha invertido, así como la agencia de cooperación Suiza, que financió cerca de $1 millón para la contratación de tres personas a tiempo completo para desarrollar los algoritmos y afinar todos los programas.

El proyecto con la contraparte de Suiza finaliza en diciembre; no obstante, Ovsicori, la CNE y otras entidades se organizan para ver cómo mantener el sistema operativo funcionando, ya que estiman que será de gran ayuda en el momento en que ocurra un fuerte evento sísmico.