Cruz Roja rehúsa ingresar a barrio tomado por pandilleros

 Teme por integridad de paramédicos y por sus ambulancias

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La Cruz Roja de San Carlos decidió ayer no autorizar el ingreso de sus ambulancias al llamado barrio Chino, en el distrito de Pital de San Carlos, Alajuela.

Esa medida fue adoptada debido al clima de inseguridad que se vive en esa comunidad de aproximadamente 2.500 habitantes.

“No podemos poner en peligro a nuestro personal ni a nuestras unidades”, dijo ayer Carlos Trejos, oficial de comunicaciones.

Según declaró, en caso de emergencias médicas, ubicarán la o las ambulancias en la entrada principal del barrio para recibir a los pacientes que lo requieran.

“Es por razones de seguridad...”, insistió el funcionario.

La noche del domingo anterior una ambulancia de la Cruz Roja fue apedreada por presuntos pandilleros durante una balacera en la que falleció un vecino.

En el barrio Chino no hay delegación de la Fuerza Pública.

Los policías realizan recorridos en patrullas, esporádicamente, o bien, en caso de registrarse un asalto o una riña.

Anteayer un guarda privado y también vecinos que pidieron no ser identificados denunciaron que pagan hasta ¢5.000 a pandilleros, a manera de “peaje”, para no ser asaltados en su comunidad.

El caso es ahora investigado por la Fiscalía de San Carlos.

Muchos y armados. Según vecinos, en esa comunidad sancarleña operan al menos dos pandillas con unos 50 integrantes en total, entre adultos y adolescentes.

Ellos tienen puñales y armas de fuego, según informes en poder del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Los pandilleros son vinculados con robos a casas y violentos asaltos callejeros, entre otros delitos.

Cada vez peor. “La situación sigue empeorando y la Policía debería hacer algo para parar esto, pero ya...”, expresó Denia Benavides.

Como ella, otros lugareños dijeron estar amenazados por los pandilleros. “Le han disparado a mi casa varias veces, no nos dejan en paz”, afirmó Rigoberto Segura.

Este hombre, de 60 años, intentó organizar a los vecinos en una “policía comunitaria”, y por eso recibió muchas amenazas.

“Eramos varios con ese plan, pero todos se han ido quitando por el miedo que le tienen a esa gente”, añadió con un dejo de amargura.

La directora regional de la Fuerza Pública, Marisol Flores, reconoció que los policías también han sido amenazados.

Dijo que han detenido a varios foráneos y los deportaron, pero regresan para seguir en lo mismo. Anunció que reforzarán la vigilancia en el barrio Chino para “detener a los responsables”.