Violadores se ensañan con adolescentes de 14 a 16 años

Mayoría de víctimas son mujeres y los agresores son familiares o amigos, según el PANI

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Daniela fue violada por su padrastro y su tío cuando tenía 15 años. Algunas veces la atacaron en su casa; otras, en charrales aledaños. No les importaba si era de día o de noche.

Para que ella no dijera nada, la amenazaban con acusarla con su mamá por ser “tan seductora”. Así, las agresiones sexuales continuaron durante meses, hasta que logró huir de la casa y denunciar la situación.

Ya han pasado casi cinco años, pero los recuerdos la siguen al punto de que, por ejemplo, no se siente cómoda estando cerca de un hombre. “No puedo ni mantener una amistad con los muchachos, siento que todos son como ellos (sus agresores)”, afirmó.

Daniela es una de los 1.014 adolescentes, de edades entre los 14 y 16 años, que fueron violados en la última década en el país, según datos brindados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Solo entre enero y abril de este año, la Policía Judicial registró 20 denuncias por violaciones cometidas contra jóvenes de esas edades. A esa lista se debe agregar otros casos recientes, como el de una muchacha de 15 años que fue violada en un charral por dos encapuchados, el 5 pasado de mayo en Sierpe de Osa.

Según el registro de la última década, la mayor cantidad de abusos ocurrieron en San José con 424, mientras que la cifra más baja se dio en Guanacaste (58).

El registro de la Policía Judicial señala que, en total, 2.408 menores de todas las edades fueron violados del 2005 a abril del 2016. Ellos representan el 43% de todas las víctimas (5.494) de este delito.

En el caso de Daniela, quien ahora tiene 20 años, ella confía en que, gracias a las terapias psicológicas, va a superar esa etapa de su vida, pero reconoce que es una recuperación “bastante lenta”.

“Son cicatrices que siempre estarán ahí, uno siempre vivirá con eso. Cada día yo me pregunto: ¿por qué tuvo que pasarme esto? No es justo y hay que tratar entre todos de que esto pare. Las violaciones marcan y destruyen vidas”, lamentó la muchacha.

Razones. Pese a que no hay estadística que indique cuál es el género de estas personas adolescentes afectadas, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) aseguró que en su mayoría son muchachas.

Elizabeth Ballesteros, gerenta técnica del PANI, explicó que el ataque sexual ocurre en esa edad porque es cuando las mujeres experimentan cambios físicos en sus cuerpos; por ejemplo, que su busto comienza a crecer.

“Ese es el momento en que se pasa de la niñez a la pubertad. Esa niña ya comienza a ser atrayente como objeto sexual, empieza a ser deseable”, apuntó Ballesteros.

La funcionaria señaló que, en esa época, la menor también suele adoptar gestos y costumbres que son de adultos, tales como pintarse y usar otro tipo de vestimenta. Acciones que los hombres perciben como seducción, cuando en realidad solo son parte del crecimiento.

“En un estudio que hicieron tiempo atrás, varios hombres entrevistados dijeron que entre más joven o pura sea la persona, la ‘conquista’ es más atrayente”, comentó Ballesteros.

Asimismo, el Patronato aseguró que, en los casos de menores, los victimarios suelen ser parte de su familia o de su círculo de amigos, ya que se valen de la relación de confianza que existe.

“Muchas de estas niñas violadas han crecido sintiendo que no son amadas. Eso las convierten en personas más vulnerables porque, con cualquier cariñito que les hagan, las pueden enredar y confundir.

”El tema de la confianza es bien delicado debido a que los menores generan vínculos con adultos creyendo que nunca los van a traicionar. Entonces, esa cercanía puede hacerlos vulnerables porque los adolescentes no creen que los otros sean capaces de violarlos, de dañarlos”, añadió Ballesteros.

Lo preocupante para el Patronato es que, al verse rota la confianza, el menor crecerá en un ambiente de inseguridad. “Siempre llevan el estigma de que los traicionaron y eso es terrible”, señaló la funcionaria.

Se intentó conversar con algún representante del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para analizar el comportamiento de este delito, pero, al cierre de este artículo, no se obtuvo respuesta.

La Nación también buscó el criterio del Ministerio Público, pero, por medio de la oficina de prensa, indicaron que la fiscala adjunta de Asuntos de Género y Delitos Sexuales, Eugenia Salazar, podía atender esta semana.

Niños perjudicados. Si bien las estadísticas apuntan a que los adolescentes son las principales víctimas, personas más pequeñas también corren peligro. Según el OIJ, 797 niños y niñas de 1 a 12 años fueron violados en la última década.

En ese lapso, los violadores se ensañaron, sobre todo, con víctimas de 12 años (176 casos), 11 años (91) y 10 años (76).

También sufrieron abusos 54 menores de 3 años, 30 de 2 años y 11 de 1 año.

En estos casos, el PANI detalló que se trata de ofensores que no pueden controlar impulsos.

“Todo esto se basa en los inhibidores sociales e internos que debemos tener. Con el primero me refiero a no hacer cosas porque la sociedad lo ve mal y porque se sabe que hay un castigo.

”El segundo es, básicamente, poder discernir entre lo que está bien y mal, según los valores enseñados”, dijo Ballesteros.

Según la especialista, si alguno de los dos inhibidores falla y, de por medio, hay alcohol u otro tipo de drogas, la posibilidad de una violación es “altísima”.

Por ello, desde el Patronato se trabaja en capacitar, de forma preventiva, tanto a niños como adolescentes para enseñarles cuáles son sus derechos.

“Toda persona tiene que decidir cuándo quiere mantener o no relaciones sexuales y eso los menores de edad deben saberlo y entenderlo”, dijo la funcionaria.