Sicarios baratos facilitan comisión de homicidios

OIJ revela que asesinos piden entre ¢50.000 y ¢500.000 por sus servicios; Seguridad Pública señala mayor participación de personas menores de 30 años en homicidios por encargo

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Los bajos precios establecidos por algunos asesinos a sueldo facilitan la comisión de homicidios en Costa Rica. Esa es la lectura hecha por la Policía Judicial, que considera ínfimas las tarifas estipuladas por estos delincuentes.

“Hemos establecido sicarios que han cobrado ¢50.000, otros ¢100.000 y algunos ¢500.000.

"En realidad no son montos tan altos como los que uno pudiera pensar o imaginar cuando se trata de acabar con la vida de una persona, entonces no son montos inalcanzables, para nuestra mala suerte”, manifestó el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Wálter Espinoza Espinoza.

Sus declaraciones trascendieron justo con el arresto de un hombre de 21 años, de apellidos Cubillo Hidalgo, quien habría pagado a dos sicarios para que mataran a Karolay Del Carmen Serrano Cordero, con quien mantenía una relación sentimental en secreto, ya que él tenía una pareja formal y una familia de la cual hacerse cargo.

La joven que contactó a los presuntos homicidas tiene 16 años y los sicarios tenían 17 años cuando, en apariencia, cometieron el crimen, en agosto del año pasado.

En este caso en específico, Espinoza declinó precisar cuánto dinero recibieron los adolescentes, pero confirmó que hubo una contratación y pago para que se ejecutara el crimen de la muchacha, quien desapareció el 12 de agosto del 2019, luego de subir en un carro de color blanco, marca Honda, que fue decomisado en la vivienda de Cubillo este jueves.

“Hubo una contratación, un pago y la participación de lo que nosotros podemos denominar sicarios o ejecutores directos del hecho, así como un autor intelectual, un interesado y alguien que requería el servicio”, aseveró Espinoza.

Al parecer, el miedo a una alta pena de prisión no asusta a quienes participan en este tipo de hechos a sueldo. La Ley de Justicia Penal Juvenil establece condenas de hasta 15 años para jóvenes, mientras que los adultos se exponen a un castigo carcelario máximo de 35 años.

Desgraciadamente, reitera el jerarca policial, los montos no son “inalcanzables” y la fijación de las tarifas depende mucho de la persona que se fije como objetivo, ya que se hace una valoración de si podría o no estar armada, así como de la facilidad de acceso que se tendrá.

“Los precios varían y, a diferencia del resto de productos (drogas), últimamente tienden a la baja”, agregó.

Ante consultas de La Nación, el OIJ precisó que no cuenta con estadísticas en las que se detalle que en un homicidio hubo participación de sicarios, ya que esos son datos que se descubren conforme avance la investigación.

Además, en reiteradas ocasiones las autoridades han mencionado que los sicarios no siempre tienen vínculos con grupos narco, ya que hay sujetos dedicados específicamente a ejecutar crímenes a cambio de dinero.

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Jóvenes matando jóvenes

Aunado a los bajos montos para cometer homicidios, Michael Soto Rojas, ministro de Seguridad Pública y quien hizo carrera policial en el OIJ, manifestó que en los últimos años la tendencia ha sido que tanto las víctimas de asesinato como los ejecutores de los hechos son personas con edades entre los 18 y 30 años.

Destacó que en el caso del sicariato se ha detectado la participación de jóvenes, quienes ven como un logro matar a una persona.

“Lo que hemos visto es que son personas sumamente jóvenes o que apenas van llegando a la mayoría de edad. Ellos toman riesgos basados en su juventud e inexperiencia, ya que creen que quitarle la vida a alguien es lo máximo de sus vidas o que les dará un reconocimiento dentro de sus comunidades”, precisó Soto.

Agregó que, regularmente, los muchachos que deciden ejecutar crímenes a cambio de dinero viven en zonas urbano marginales y no concluyeron la secundaria o la finalizaron y decidieron no estudiar más.

También, mencionó que en ocasiones suelen estar en entornos comunales o familiares de violencia.

“Sigo creyendo que el tema acá no es de profesionalismo, sino más bien de gente que se considera intrépida. En algunos casos, forman parte de organizaciones y como son asalariados siguen las peticiones de amenazar o matar y en el caso de las personas dedicadas a esto los precios son negociables, dependiendo del perfil de la víctima", aseveró Soto.

Al respecto, el magistrado de Sala Tercera y exjuez de Apelación de la Sentencia Penal Juvenil, Álvaro Burgos Mata, considera que la situación de jóvenes dedicados al sicariato no es exponencial, ni una oleada, ni tampoco puede considerarse novedosa.

Sostuvo que desde hace mucho tiempo han existido menores vinculados a este tipo de delitos, liderados por adultos, aunque reconoce que en los últimos años se han registrado casos muy llamativos.

Destacó que Costa Rica figura entre los países con las sanciones más altas en material Penal Juvenil, de hasta 10 años de internamiento para muchachos entre 12 y 15 años y de hasta 15 para aquellos entre los 15 y 18 años.

“El acento no hay que ponerlo en la participación de menores de edad, sino en las avenidas de prevención. Desde la escuela, la sociedad, el lugar en el que viven (...), han desaparecido las canchas y los sitios de esparcimiento”, destacó.

Burgos reiteró la necesidad de ofrecerles alternativas de incorporación a los jóvenes para que no se vean seducidos por el dinero y por el sentido de aceptación de grupos pares que, en estos casos, son negativos.

“Si no son reconocidos en otros ámbitos, quien los aplaude es alguien que espera una acción delictiva”, advirtió.