“Yo estoy entre dormida y despierta. Sentí a alguien cerca mío; me moví un poco y vi una sombra pasar. Pensé que la señora que estaba durmiendo en la otra cama se había levantado, pero vi que era un hombre con gorra. Me tiré de la cama para poder agarrarlo y no lo logré. El sujeto salió por la puerta principal y me dejó encerrada, para que yo no abriera. Él salió huyendo. Encendí la luz y faltaba mi celular”.
Con esa descripción, Marielos Carrillo, de 31 años, relató los segundos que vivió mientras era víctima de un robo en una habitación del hotel Barceló, en playa Tambor (Puntarenas), el domingo hacia las 4 a. m., en donde vacacionaba con 80 familiares.
Según informó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los huéspedes de ocho habitaciones fueron víctimas de robo durante esa madrugada, mientras dormían. Son unos 30 afectados, entre ellos, siete niños. Según los perjudicados, les quitaron celulares, cámaras fotográficas, dinero en efectivo, tabletas y joyas; todo, valorado en ¢8 millones.
Sharon Murillo es otra de las víctimas. Ella fue el fin de semana de vacaciones con dos amigas y un niño de ocho años. Según dijo, se durmieron a la 1 a. m. del domingo. Cuando una de las compañeras despertó, a las 6 a. m., no encontró el celular. La otra conocida también buscó el suyo y no lo halló.
Cuando Murillo abrió su bolso para revisar sus pertenencias, su iPad tampoco estaba. En ese momento, las tres se percataron de que habían sido víctimas de un robo.
Kathya Delgado, otra afectada, a quien le robaron el celular y dinero en efectivo, recordó que fue un guarda de seguridad, quien la despertó a ella, su hijo, hermano y cuñada, hacia las 5 a. m., porque tenían la puerta del dormitorio entreabierta.
“¿Cómo es posible que alguien estuviera tan cerca de nosotros, especialmente de mi hijo y no nos hayamos dado cuenta? Como madre, una piensa lo peor, me pudieron haber arrebatado a mi hijo, y como mujer también, me pudieron haber violado”, relató.
Poco a poco, los afectados se aglutinaron en la recepción a la espera de una respuesta, pero dijeron que la atención fue inadecuada.
¿Cómo entraron? Por el momento, las autoridades no han precisado cómo ingresaron los ladrones en las habitaciones.
Según el hotel, cada habitación tiene un ingreso electrónico con tarjeta y dos puertas de vidrio que dan hacia una terraza o balcón.
Los registros no muestran que las puertas principales hayan sido abiertas con una tarjeta maestra.
Pese a que el OIJ revisó si había huellas dactilares en las puertas de vidrio, no las encontraron. También, descartaron que los llavines hubiesen sido forzados.
Raúl Arranz, director del hotel, reconoció a La Nación que hubo una falla en los sistemas de seguridad: carecen de cámaras de vigilancia y no tienen suficientes guardas para todo el complejo. Según dijo, un cliente encontró un bolso tirado en un basurero ubicado en uno de los terrenos del hotel y alertó al personal.
El hotel tiene 402 habitaciones, con una capacidad para atender a 1.000 personas.
Este fin de semana estaba en su máxima ocupación debido al feriado del 25 de julio, por las celebraciones de los 190 años de la Anexión de Partido de Nicoya.
Arranz comentó que tiene tres años de trabajar en el hotel y nunca habían sido atacadas tanta habitaciones a la vez.
Arranz manifestó que colaboran con el OIJ en las pesquisas del caso.
“Ellos están investigando todas las posibilidades, desde que si se trata de una banda organizada o ‘gato casero’, como dicen ustedes. El hotel apoyará en lo que sea necesario para resolver el asunto. Tomamos los datos de los clientes para hacer el reclamo ante la compañía de seguros”, afirmó.
La huésped Sharon Murillo aseguró que analizan si los afectados plantean una demanda civil contra el hotel Barceló, para que les paguen los objetos robados.