Padre de familia asesinada tenía causa por violación

Ramón Suárez, su esposa e hijos fueron atacados con arma blanca en Dota

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Santa María (Dota). Un hombre que fue asesinado junto con su esposa y sus dos hijos, de 9 y 11 años, en una finca cafetalera en Santa María de Dota, tenía una causa como sospechoso del delito de violación.

El Ministerio Público confirmó anoche que el hombre era investigado por la Fiscalía de Tarrazú por un caso de violación, según consta en el expediente 14-000147-567-PE.

Mientras tanto, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) mantuvo total silencio sobre este cuádruple homicidio. Los agentes no quisieron ahondar sobre un posible nexo de ese caso con los asesinatos.

El primer crimen en ser descubierto fue el de la niña. Eso sucedió el viernes a las 3 p. m , cuando Silvino Bonilla, un poblador de la zona, halló el cuerpo de la menor Elena María Suárez Miranda, de 9 años, tendido en la cama de su casa, que está en el interior de la finca.

Ella tenía las manos amarradas hacia atrás y presentaba una herida de arma blanca en el abdomen.

Ayer a las 11 a. m., oficiales de la Fuerza Pública, con la ayuda de perros adiestrados, dieron con el cuerpo del niño Abraham Suárez Miranda, de 11 años.

El menor estaba a unos 200 metros de su casa, en medio del cafetal. Se presume que intentaba buscar la salida de la finca. También presentaba heridas de arma blanca.

Poco antes de las 11:30 a. m., otros efectivos encontraron sin vida a Ramón Suárez Espinoza, cuya edad se desconoce, y en igual estado a su esposa, María Haydée Miranda Salmerón, de 32 años. La pareja también estaba a unos 200 metros de su casa, pero en sentido contrario al del menor.

Carlos Hidalgo, vocero de prensa del Ministerio de Seguridad Pública, dijo que estos cadáveres estaban distanciados uno del otro por unos 15 metros y los separaba la quebrada Bandera. Ambos tenían heridas de arma blanca. La mujer estaba semidesnuda, y el hombre, cubierto con hojas de platanilla.

Lugar solitario. La casa donde ocurrieron los hechos está en una finca propiedad de Julio Fallas Chavarría y mide 11.000 metros cuadrados. Se ubica a cinco kilómetros del centro de Santa María.

Se trata de un sitio de muy difícil acceso (solo se entra con carro doble tracción), solitario (el vecino más cercano reside a 500 metros) y bordeado por la quebrada Bandera y el río Pirrís.

Aunque La Nación intentó hablar con el finquero Julio Fallas, este dijo que la Policía Judicial le pidió dar declaraciones a los medios. Personas que llegaron a conocer detalles de lo sucedido dijeron que el miércoles fue la última vez que vieron a la familia.

Incluso, la educadora Yesenia Brenes Ureña, quien el año pasado dio clases a los niños, y en este conservaba a la menor como alumna, dijo que ella no tenía clases el jueves, pero Abraham no llegó ese día porque así se lo comunicó la maestra de él. Los niños cursaban segundo y tercer grado en la Escuela República de Bolivia, en la ciudad de Santa María, cantón de Dota, San José.

La presunción de las autoridades es que el ataque en contra de la familia pudo haber ocurrido el jueves en la mañana. Empero, ese dato deberá ratificarlo la autopsia de los cuerpos.

Tanto la Fuerza Pública como la Policía Judicial mantenían anoche un amplio operativo en Dota y cantones vecinos en procura de reunir pistas para esclarecer el hecho.