Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) allanaron este viernes, a las 6 a. m., una vivienda en Palmar Norte de Osa, Puntarenas, en busca de pistas que permitan esclarecer los homicidios de la abogada y empresaria Carolina Herrera, de 44 años y su pareja, el ganadero Edwin Montoya, de 42 años. Ambos fueron atacados a balazos el domingo por la noche, cuando regresaban a su casa en Jalaca.
En las diligencias de este viernes, los agentes se incautaron de teléfonos celulares, computadoras y otros indicios que podrían contribuir en la pesquisa y, de momento, no hay personas detenidas. En las imágenes se constata que el allanamiento ocurrió en una propiedad con una extensa verja perimetral. Adentro eran visibles al menos tres vehículos de doble tracción.
El caso empezó a desarrollarse en la noche del 7 de enero, cuando la pareja regresaba a la finca en la que residían y fueron interceptados por desconocidos que los estaban esperando. Ambos cuerpos quedaron tendidos en la vía pública: el de la mujer cerca de la puerta del acompañante y el del hombre al otro lado del carro, también sobre la calle.
Allegados de la pareja confirmaron a La Nación que Herrera enfrentaba numerosos problemas, incluyendo disputas legales con allegados por sus propiedades, una tienda de pasamanería y cabezas de ganado. Empero, el OIJ no ha brindado detalles de las líneas de investigación.
Las propiedades y el ganado de la mujer eran fruto de una herencia recibida hace 23 años al fallecer su padre. Además, parte de sus bienes eran el resultado de su esfuerzo como abogada y notaria en su propio despacho. Herrera dejó dos hijos, de 23 y 14 años, fruto de una relación anterior. Su pareja, Edwin Montoya, dejó dos hijos de 19 y 15 años.
La víctima fue candidata a alcaldesa por el Partido Nueva Generación en el 2020. Quedó truncado su proyecto de crear una fundación para ayudar a niños de la zona.