Texto original publicado por La Nación el 19 de mayo de 1971.
Ayer fue conducido al necrocomio del Organismo Médico Forense el cadáver de un niño de cuatro años quien, de acuerdo con el aspecto que presentaban sus restos, falleció a causa de una paliza o de un flagelamiento repetido que sufrió a manos de una persona.
Se supo posteriormente que agentes de la sección de Homicidios de la DIC, entre ellos los señores Daniel Marenco y Julio Rojas, quienes estuvieron investigando el caso, que ocurrió en el baño de una casa en Cartago. La policía, sin embargo, se negó a revelar más información al respecto.
El niño fue asesinado, al parecer, por una mujer quien lo tenía, mediante paga, a su cuidado.
Dicho menor muerto y tres más, entre ellas dos niñas, han sufrido maltratos, falta de alimentación y se les ha hecho víctimas de vejaciones increíbles.
Los otros pequeños, cuyas edades fluctúan entre los tres y ocho años, son hijos de un norteamericano y de una sudamericana, quienes pagaban fuertes sumas de dinero a la mujer para que cuidara a los niños.
El norteamericano trabaja fuera de Costa Rica y la señora tuvo que salir del país.
La presunta homicida, quien es de mediana edad y oriunda de la ciudad de Cartago, fue detenida ayer durante la tarde.
Las autoridades judiciales decretaron de inmediato el secreto de la sumaria; esto explicaría la reticencia en suministrar más información de los hechos.