Hombre muere de un balazo en posible disputa por drogas

Le dispararon cuando conducía su vehículo por solitaria calle de Nambí

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Un hombre identificado como Edwin Zúñiga Hernández, de 40 años y conocido como Polvorita, fue asesinado la noche del martes dentro de un carro, al parecer por problemas de drogas.

El homicidio fue reportado a eso de las 8:30 p. m. del martes, cerca del cementerio de Nambí de Nicoya, en la provincia de Guanacaste.

De acuerdo con el reporte de Fuerza Pública, una llamada anónima avisó que había un automóvil Hyundai gris estacionado cerca de un potrero, en una calle solitaria, con el motor apagado y las luces encendidas.

Cuando los oficiales llegaron al lugar, encontraron a Zúñiga dentro del vehículo, asesinado de un balazo en la cabeza.

La Policía avisó al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), cuyos agentes realizaron el levantamiento del cuerpo y recogieron pruebas en el sitio para empezar la pesquisa.

Aunque se desarrolló una búsqueda por la zona, no se localizó a ningún sospechoso.

Lugareños que se acercaron a la escena comentaron que ese punto es usado para transacciones de drogas, pero prefirieron no ampliar el tema por temor.

La víctima vivía en San Martín de Nicoya y, según el OIJ, tenía antecedentes por venta de droga, robo agravado y agresión con arma.

Colombiano acribillado. Otro hombre también asesinado la noche del martes, en Cinco Esquinas de Tibás en San José, ya fue identificado por el OIJ.

Freddy Antonio Montero Carvajal, de 40 años, tenía antecedentes por homicidio, portación ilegal de arma de fuego y conducción temeraria.

A él le dispararon desde una motocicleta, cuyos ocupantes no han sido capturados.

El fallecido es un colombiano que había sido absuelto por dudas en un juicio en el 2007, en el que se le acusaba, además de a otros seis sujetos, por las muertes de José Rodolfo Páez Mora, de 25 años; Joan Esteban Polonio Villalta, de 30 , y un menor, de 16, de apellido Gutiérrez.

Los cuerpos aparecieron en Santa Elena de San Isidro de Heredia, el 18 de marzo del 2005.

Esa ejecución, según investigaciones judiciales, fue en venganza por la muerte de otro colombiano que pertenecía a una banda narco y a quien además le robaron dos kilos de cocaína.