El menor índice de desarrollo y falta de servicios básicos influyen en criminalidad de Matina

Bandas narcotraficantes encuentran zona con fácil acceso por mar y tierra, así como juventud sin oportunidades que reclutan fácilmente en sus filas

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Matina ostenta el último lugar en el índice de desarrollo humano (IDH) de todos los cantones del país, según el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal del 2022, el cual evalúa aspectos como esperanza de vida, educación, ingreso per cápita y consumo eléctrico.

La provincia de Limón tiene a todos sus cantones por debajo de la media.

En la actualidad, Matina es el cuarto cantón con más homicidios de todo el país (47), solo superado por Limón, San José y Puntarenas.

En los tres distritos, Matina, Carrandí y Batán, hay 63 comunidades que carecen del servicio de agua potable, el Internet es deficiente, sin acceso a fibra óptica, y varias localidades carecen de electricidad.

El 60% de las tierras pertenecen al Instituto de Desarrollo Rural (Inder), lo que deja a numerosas familias sin escrituras de propiedad y las excluye de bonos de vivienda.

Resulta incomprensible, en pleno siglo XXI y a pocos kilómetros de la ruta 32 (San José-Limón), que comunidades enfrenten estas condiciones y carezcan incluso de un plan regulador, apenas incipiente en ese municipio, a pesar de la urgencia por las constantes inundaciones que caudalosos ríos les generan.

El 90% de la fuerza laboral está dedicada al cultivo de banano y plátano, actividades que no requieren habilidades de lectura y escritura. La calidad educativa es precaria.

La Escuela de Batán, con 1.200 estudiantes, quedó incompleta pues se detuvieron las obras de construcción, obligando a los alumnos a utilizar salones de iglesias, sin las condiciones adecuadas.

La Escuela Santa Marta lleva cinco años cerrada, y tanto alumnos como docentes comparten un salón comunal, situación similar a la Escuela de Boston, lo que eleva la deserción escolar.

Matina carece de universidades públicas o privadas, así como de una sede del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). La falta de instituciones educativas contribuye a la pobreza, la desintegración familiar y una alta presencia de madres solteras, muchas de las cuales abandonan los estudios para trabajar.

Último lugar en desarrollo

Con 47.000 habitantes, Matina es vulnerable a la influencia de organizaciones narcotraficantes, que ejercen presión sobre los jóvenes, pagados ahora con drogas en lugar de efectivo, lo cual los obliga a expandir sus mercados para obtener ganancias.

Además de tener el lugar más bajo en la evaluación cantonal, el más reciente Informe del Estado de la Nación, cuyos resultados fueron dados a conocer la última semana de noviembre, revela que al conjugar la cantidad de homicidios por ajustes de cuentas y venganzas, así como las llamadas al 911 relacionadas con drogas, uso de armas, privación de libertad y hechos contra la vida, Matina aparece en tercer lugar de los cantones con mayor riesgo ante el crimen organizado, solo precedido por Limón y La Cruz (Guanacaste).

El alcalde, Wálter Céspedes, quien ha vivido por muchos años en ese cantón, sostiene que diversas variables propician que parte de la población caiga bajo la influencia de grupos criminales, en expansión durante los últimos años.

De acuerdo con el jerarca municipal, muchas administraciones han abandonado al cantón, que está entre los 25 más extensos del país, y las propuestas correctivas del municipio se ven limitadas por la falta de apoyo gubernamental desde hace décadas.

La ausencia de la oficina del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) agrava la situación. Según Céspedes hay madres que dejan niños en manos del mayor de los hermanos, de tal vez solo siete años, pues no tienen dónde dejarlos ni cómo gestionar apoyo.

Añadió que la falta de recursos dificulta la creación y mejora de espacios recreativos, así como para recuperar e iluminar los que ya existen, pues han fracasado las gestiones con el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación y el Instituto Costarricense de Electricidad, que alegan falta de recursos, acotó Céspedes.

De momento, la Municipalidad cuenta con un terreno de ocho hectáreas en Batán, donde espera levantar el año entrante un nuevo gimnasio e instalaciones deportivas para el esparcimiento de los jóvenes y niños.

El plan para crear la policía municipal está apenas en ciernes, pues depende de un proyecto en la Asamblea Legislativa que busca generar al menos ¢1.500 millones, los cuales saldrían de una actualización en el cobro de patentes.

Aunque se han mejorado las rutas cantonales hacia parajes turísticos como el Parque Nacional Barbilla (que también abarca partes de Siquirres y Turrialba) y las lagunas que están camino hacia Tortuguero de Pococí, la ausencia de servicios básicos, como agua e Internet, junto con la actual inseguridad, disuaden de llegar a turistas e inversionistas.

A pesar de los atractivos naturales, las limitaciones en servicios y accesibilidad afectan negativamente al turismo.