El hombre más buscado

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El exempleado bancario, a quien la policía judicial atribuye el asesinato de un matrimonio y su pequeño hijo, vivió en los últimos tres años envuelto en diferentes líos judiciales, según documentos a los cuales tuvo acceso este diario.

Hasta ayer, al cierre de edición, no habían trascendido mayores datos sobre la identidad de un segundo hombre, de raza negra, quien aparentemente acompañó al exoficinista del Banco de Costa Rica Alexánder Vargas Rojas hasta la casa de la pareja. Allí, ambos, supuestamente, cometieron la masacre.

Del negro solo se sabe que es fornido, pelo corto y que lleva un rizo visible en la parte de atrás de su cabeza.

Sobre Vargas Rojas, algunos vecinos de La Puebla de Heredia, donde residen sus suegros, lo describieron ayer como una persona humilde que había logrado estudiar contabilidad con mucho esfuerzo.

Es casado con Fressy Barboza y con ella procreó un hijo de aproximadamente año y medio. Según los vecinos, fue visto, el viernes pasado y vestía un pantalón jeans y una camiseta blanca. Ayer aparentemente estuvo en ese sitio de nuevo por lo que la policía incluso allanó casas de sus familiares.

El primer lío con la justicia lo tuvo Vargas el 12 de mayo de 1992 cuando fue acusado por falsificación de documento con ocasión de estafa por la compañía Instalaciones Eléctricas S.A., a la cual le realizaba trabajos contables.

Por ese hecho fue encarcelado en la Unidad de Admisión de Heredia, pero al siguiente día fue dejado en libertad, según informes de la Oficina de Prensa del Ministerio de Justicia.

El 18 de abril de 1994, Vargas fue sentenciado a un año y seis meses de prisión por la anterior causa, pero se le otorgó la ejecucción condicional de la pena por un período de cinco años. Según la sentencia del Tribunal Superior de Heredia, el perjuicio a la citada compañía fue por ¢42.000.

El fallo fue dictado por los jueces superiores Manuel Antonio Zambrana, María Isabel Alfaro y Gino Cappella Molina. Como fiscal de juicio intervino Máinor Zumbado Calvo y como defensor, Johnny Murillo Maroto.

Para ese entonces ya Vargas laboraba como oficinista en la agencia del Banco de Costa Rica situada al costado sur de la Corte Suprema de Justicia, en San José, junto a Carlos Alberto Vargas Hernández, el hombre a quien presuntamente asesinó la noche del miércoles.

Nuevas acusaciones

Pese a estar en un período de prueba, aparentemente Vargas incurrió en delitos similares meses después.

Es por eso que el 8 de junio de 1995, Carlos Alberto Vargas Hernández --el hombre asesinado--, en calidad de jefe de la citada agencia, lo denunció ante el Ministerio Público por falsificación de documento y uso de documento falso con ocasión de estafa.

Vargas contó con la asesoría del defensor público Rodolfo Solís Tullok y obtuvo una falta de mérito a su favor porque no se aportaron pruebas suficientes para que demostraran su presunta culpabilidad.

Según informó Sandra Castro, del Departamento de Información y Relaciones Públicas del Poder Judicial, el monto de la supuesta estafa no superó ¢1 millón. La falta de mérito se dictó el 7 de julio de 1995.

El 6 se setiembre, el Ministerio Público volvió a recibir otra denuncia por la misma falta; a esta se suma otra con fecha 6 de noviembre de 1995 y una más el 24 de octubre. Estas últimas no fueron promovidas por Vargas Hernández.

Tras el crimen fueron al banco

Robaron $40 mil en cheques Alexánder. Esa fue la palabra clave que surgió del testimonio de Pablo Vargas Quirós. El y su hermano Esteban son los sobrevivientes de la desgracia.

Al ser las 7 de la mañana de ayer, los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) iniciaron la búsqueda de Alexánder Vargas Rojas y un individuo de raza negra, presuntos responsables del triple homicidio que ayer conmovió a los tibaseños. Cubrieron todos los flancos en una desesperada acción por localizarlos.

Necesitaron poco tiempo para identificar plenamente al primero. Ese hombre, del cual los chiquitos hablaban, es un exempleado del Banco de Costa Rica, quien fue subalterno de Carlos Alberto Vargas Fernández --padre de los menores-- y acusado por estafa.

De 26 años y vecino de Heredia, Alexánder Vargas Rojas se convirtió en el hombre más buscado desde las 10 de la mañana cuando las autoridades judiciales tomaron la determinación de entregar a la prensa una fotografía del sospechoso para que, de inmediato, el público ayudara a localizarlo.

Olfateando la presa

Según fuentes policiales, a las 2 p.m. se ubicó a la esposa y a su hermano, tras un operativo realizado en la ciudad de Heredia. Desde allí, se les dio seguimiento con la esperanza de que los llevara hacia el presunto responsable.

Un agente los acompañó discretamente en el autobús que los condujo hasta el barrio Las Pastoras, en San Pablo de Heredia, a la vivienda donde reside la suegra de Alexánder.

Los policías y el juez de instrucción que viajaban en cuatro vehículos ingresaron al inmueble incluso por el techo, casi seguros de que podrían sorprenderlo. No obstante, aunque "su hombre" pudo haber estado por la mañana, como se rumoró en el vecindario, ya había huido.

También detuvieron a la esposa y el hermano del presunto homicida, quienes fueron llevados a las oficinas del OIJ en San José para entrevistarlos. A la mujer, se le decomisaron dos armas de fuego.

En esa casa permanecieron los vehículos de la policía, que hacían intentos de salir con el fin de alejar a los periodistas, quienes vigilaban los movimientos de los agentes por si se trataba de la ansiada captura.

A las 9 p.m. de ayer, la cacería continuaba por diversos puntos de Heredia, y según expresaron los oficiales, no van descansar hasta que caiga la presa.

Entretanto, la identidad del otro homicida era todo un misterio pues de él solo se tenía una descripción física: alto, delgado, negro, de cabello corto y con un rizo largo. Con esas características, fue detenido un hombre a las 7:45 p.m.y sometido a un interrogatorio. Poco después, fue dejado en libertad por falta de evidencias.

Cálculos fallidos

A la supuesta venganza que medió en la muerte de Carlos Alberto Vargas, su esposa Marjorie Quirós y su hijo Carlos --de solo un año-- se unió el robo como móvil.

Rodolfo Montero, gerente general del Banco de Costa Rica, confirmó por la tarde la sustracción de $40.000 (¢7,6 millones) en 198 cheques de viajero de $100, emitidos por el City Bank, y cuyas series van del 5323492643 al 5323492750, y del 5323985681 al 5323985872.

Montero detalló que los delincuentes obligaron a Carlos Vargas a entregarles las llaves de la agencia bancaria en el barrio González Lahmman, así como las combinaciones del archivo de seguridad, de la bóveda y el modo de desconectar el sistema de alarma.

Con esta información, supuestamente Alexánder Vargas y su cómplice entraron a las 6 a.m. a la agencia, buscando el dinero. La hora se pudo establecer porque el sistema de monitoreo que existe en las oficinas centrales lo marcó.

"Esto no pareció extraño ya que el mismo Carlos tenía la buena o mala costumbre de llegar muy temprano", dijo Montero.

Los delincuentes sacaron del archivo de seguridad los cheques de viajero y trataron de abrir la bóveda pues no sabían que existe un sistema de retardo y otras medidas de seguridad.

Alexánder Vargas Rojas

Fecha de nacimiento: 2 de noviembre de 1969

Edad: 26 años

Padres: Ilso Vargas Zárate y María Arcelia Rojas Rojas

Número de cédula: 4-151-171.

Exoficinista 2 en el Banco de Costa Rica.