El conductor y único ocupante de un Hyundai Accent, color blanco, sobrevivió a una ráfaga de más de 17 balazos en Hatillo 8, San José, la madrugada de este domingo.
Cuatro hombres fueron aprehendidos por oficiales de la Fuerza Pública como sospechosos de disparar contra el Hyundai que quedó con impactos en la puerta y guardabarros derechos así como en el parabrisas y la ventana lateral delantera derecha.
El subdirector de la Fuerza Pública de San José, Francisco Cordero, explicó que se recibió una información de un hombre que viajaba en un carro blanco y que habría sido abordado por varios sujetos que iban en un taxi sin placas.
Los gatilleros dispararon más de 17 veces, pero las balas no alcanzaron al ofendido en órganos vitales y el hombre, de apellido Lara, solo sufrió heridas leves.
Los sospechosos huyeron hacia el sector de Escazú y, gracias a la rápida acción de la Fuerza Pública, fueron aprehendidos en San Rafael, frente a la escuela Yanuario Quesada.
Tres de los detenidos son de apellidos Inces y uno Chavarría. Dentro del Toyota Yaris en que viabajan portaban dos pistolas calibre 9 milímetros, una calibre 45 y una escopeta, así como un chaleco antibalas. También habían varias dosis de polvo blanco remitido al laboratorio para determinar si es cocaína.
Agentes de Inspecciones Oculares del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) decomisaron el Hyundai baleado y el taxi sin placas en que viajaban los sospechosos para buscar más indicios.
La idea es hacer las comparaciones balísticas entre las armas decomisadas y las que impactaron el Hyundai.
De igual manera, realizarán pruebas de parafina a los detenidos para buscar residuos de pólvora en sus manos y poder presentarlos a la Fiscalía por tentativa de homicidio.
Lo anterior, pese a que el conductor del carro baleado declinó interponer la denuncia.
El Hyundai Accent, modelo 2004, aparece a nombre de un individuo de apellido Guzmán, de 23 años, pero no era la persona que lo conducía.
El conductor del carro blanco pudo esquivar las balas y solo sufrió un impacto en una rodilla y un roce en la espalda.
La Cruz Roja lo trasladó al Hospital San Juan de Dios, donde le pusieron una venda y lo dieron de alta.
Los carros, las armas y los detenidos quedaron en manos de la Fiscalía para que se determine su situación jurídica.
La acción policial duró más de ocho horas y este domingo al mediodía se cerró la calle, al frente de la escuela Yanuario Quesada en Escazú, mientras se realizaban las pesquisas.
No se descarta que líos entre bandas narcotraficantes hubiesen generado el tiroteo.