Abuela descubre violación a nieta al leer carta en diario

Madre dejaba a la pequeña bajo el cuido de una hija del ahora sentenciado

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Una abuela descubrió que su nieta había sido violada por un vecino luego de encontrar y leer una carta que la menor tenía guardada en un diario.

Ese hallazgo ocurrió en el 2013, mientras la señora limpiaba el cuarto de la entonces adolescente. Días después, denunció la situación a las autoridades y finalmente, este martes el Tribunal Penal de Limón sentenció a Carlos Céspedes Umaña a 20 años de cárcel por dos delitos de violación.

Los hechos que se le atribuyen ocurrieron entre el 2007 y 2008, cuando la víctima tenía apenas ocho años. Actualmente ella tiene 17 años.

Según el expediente, la menor escribió en esa carta: “No puedo seguir así, pero tengo mucho miedo de que me pueda volver a pasar. Tengo mucho miedo de sentirme asquerosa. Yo no quiero seguir sufriendo por eso.

”Pero tengo miedo de contárselo a alguien y a la vez vergüenza. Nadie, pero nadie lo sabe. Solo yo y mi conciencia tan asquerosa que me mata cada vez que trato de estar un poco tranquila.

”Quisiera retroceder el tiempo y no permitir que me hicieran esas cosas tan feas (...) No lo puedo superar. Todavía recuerdo cómo ese viejo asqueroso me tocaba toda y me lastimaba. Pero solo le pido a Dios que me ayude. Yo no puedo más”.

Después de leer esa nota, la abuela decidió llevarla a la clínica de Matina, en Limón, donde un doctor le recomendó acudir a instancias judiciales.

Señalamiento. En el juicio se determinó que la madre de la víctima la dejaba bajo el cuido de una hija de Céspedes, quien aprovechaba esa situación para cometer los delitos.

El Ministerio Público explicó que, a pesar de que las agresiones se dieron en “reiteradas” oportunidades, mediante tocamientos, en la pesquisa solo pudieron acreditar dos violaciones. El expediente detalla que una ocurrió en una habitación y otra en la sala de la casa de Céspedes, de 78 años.

“El adulto tuvo todo su entorno garantizado debido a su superioridad física, de edad y mental, en contra del estado de absoluta vulnerabilidad de la ofendida, que nunca dispuso de armas suficientes para por lo menos defenderse en ese momento”, expuso el juez Carlos Montero, presidente del Tribunal.

“En la segunda violación, usted (Céspedes) todavía incide aún más en la psiquis de esta ofendida porque usted la amenaza, en el sentido de que si cuenta algo dañará a su madre, algo importante en su entorno y esto es de reproche”, agregó Montero.

La fiscala Carmen Zúñiga consideró que la carta fue “de auxilio, mediante la cual la menor procuró, de alguna forma, sacar sus sentimientos, lo que ella realmente estaba sintiendo”.

La representante del Ministerio Público argumentó que, incluso, la niña llegó a sentir odio por su madre porque “cuando los hechos sucedieron ella no estuvo a su lado, porque cuando ocurrieron los hechos ella estaba al cuido de otra persona”.

Zúñiga señaló que, si no hubiese sido porque la abuela encontró el texto, “es muy probable que estos hechos no hubieran salido a la luz, como lamentablemente ocurre con muchas otras víctimas que no quieren salir a enfrentar esta situación”.

Por su parte, Céspedes, quien durante el proceso de debate estuvo acompañado por familiares, rechazó su responsabilidad y aseguró nunca haberle “tocado ni un dedo” a la pequeña.

Para él, probablemente la denuncia se originó en que un día le había hecho a la menor “una broma sobre sus ojos” mientras comían sentados a la mesa y afirmó que, si lo llegaban a condenar, iba a ser una “gran injusticia”.