Los vecinos del asentamiento Martina Bustos, en Liberia, defienden la utilidad del vertedero municipal. Doris Mondragón, madre del menor que murió allí hace cuatro años, sostiene que la Municipalidad no debe cerrarlo.
Por su parte, su abogada, Rita Vargas, quien integra una organización para apoyar la comunidad de Martina Bustos, sostiene que el botadero es una fuente de trabajo para muchos vecinos.
Cristina Gutiérrez, abogada de la Municipalidad, aseguró que el Concejo Municipal debe decidir si convierte el vertedero en relleno sanitario, a través de una contratación directa o por convenio con una cooperativa.