Chofer de la Morgue atrapa a ladrón tras perseguirlo

Delincuente huía tras robar una motocicleta mediante bajonazo

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Un chofer de la Morgue Judicial, quien se dedica a transportar cadáveres y restos humanos, persiguió y detuvo ayer a un ladrón que huía tras robar, mediante bajonazo, una motocicleta en Bello Horizonte de Escazú, San José.

El incidente ocurrió poco después de las 10:45 a. m. cuando Francisco Aguero Chacón, de 55 años, fue testigo casual de un asalto callejero en el cruce entre la Aurora de Alajuelita y Escazú.

Allí, dos delincuentes sorprendieron al motociclista, Luis Alfonso Jiménez Villegas, de 20 años, a quien tras amenaza de muerte y propinarle un codazo en la quijada, le quitaron la moto.

Jiménez se aferró a la parte trasera de su motocicleta, pero de nada le sirvió. El delincuente lo arrastró varios metros.

Para entonces, el conductor de la Morgue, en cuyo vehículo transportaba un fémur sacado poco antes de una tumba en Aserrí, observaba todo, indignado.

“Ya no respetan nada. El carro que manejo tiene el logo del OIJ y ni eso respetaron. Es un relajo”, afirmó Aguero quien trabaja en la Morgue hace más de 25 años.

Normalmente, este tipo de funcionario no interviene en operativos, allanamientos, mucho menos en persecuciones policiales.

Pero ayer fue la excepción.

“Decidí seguirlos, era mi deber. En una vuelta escuché un bombazo y me detuve para ver qué pasaba. Claro, era uno de los sujetos que se estrelló a un lado de la vía. El otro lamentablemente escapó”, afirmó. Apoyo en ruta. Para entonces, Aguero ya había alertado a la central del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y varios agentes se dirigían hacia Escazú para apoyarlo y levantar evidencias.

El chofer de la Morgue sacó su pistola y mantuvo a raya al sospechoso, quien gemía de dolor y lucía raspones en un hombro.

Solo fue identificado como de apellido Araya y cuenta con antecedentes criminales por delitos contra la propiedad.

Pese a lo aparatoso de su caída, se estrelló a gran velocidad con la moto contra una pared de concreto; no presentaba ninguna lesión de gravedad. Anoche, continuaba internado en el San Juan de Dios.

Mientras tanto, la víctima del bajonazo llegó poco después al sitio en busca de su motocicleta, pero no tuvo mucha suerte. La Policía confirmó que la suya, valorada en casi ¢2 millones, desapareció junto con el otro delincuente. “Es la segunda vez que me la roban. Hace un mes me asaltaron pero apareció en Turrialba; ahora no sé”, se lamentó.