Bananos enterraron su sonrisa hace cuatro años

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Los ojos todavía se le llenan de lágrimas a Ricardo Saborío cuando recuerda a su hija, Andrea, quien falleció enterrada entre bananos, hace cuatro años.

La joven caminaba por una acera en el centro de Moravia, San José, junto con una amiga, cuando la carga que llevaba un furgón las golpeó.

Una de las cajas que contenía bananos le dio el golpe mortal a Andrea, quien tenía 24 años.

Aunque el tiempo ha pasado, el dolor de este padre sigue vivo y se hace mayor cada vez que piensa en que la justicia ha sido lenta para ver el caso de su hija.

El juicio apenas iniciará el próximo 13 de agosto.

“Es un desastre, es algo denigrante el sistema. Son muy tediosos, hay que estar día y noche metidos en una fiscalía”, reclamó el padre.

La frustración que dijo sentir también tiene que ver con la falta de regulación para los camiones que llevan cargas.

“El sistema nuestro es obsoleto, retrógrado, no hay ley que les establezca nada. Porque a nivel de romanas, usted ha visto, se las brincan, dan dinero y pasan (...) Nuestras calles no están diseñadas para camiones de peso, destruyen seres humanos, destruyen todo, son como tanques que van a matar a todos”, aseveró el padre.

La carga que mató a su hija viajaba en un camión conducido por un hombre de apellido Morera. En ese momento, él había acumulado 110 infracciones de tránsito en 12 años.

La calle en la que falleció la joven es de tránsito común para los transportistas de banano.

“Esa es una zona por la que ellos transitan siempre. Pero se brincaron todas las normas, no había señalización, no había un inspector”, manifestó Saborío.

“Andrea era muy especial, nunca me decía que no, era cristiana, era una gran hija”, recordó el padre.

“Voy a pelear para que cuando exista un accidente de este tipo, haya antecedentes para que la gente se pueda defender”, agregó.