El boquete que se abrió en la pared suroeste del volcán Turrialba aumentó su dimensión en 12 metros, según consigna un informe de la Red Sismológica Nacional (RSN).
En el documento, publicado el lunes 1.° de abril, se atribuye el hecho a la erosión e inestabilidad del terreno.
Asimismo, se precisó que, cuando los vulcanólogos usaron una cámara térmica para medir la temperatura en el orificio, apreciaron que 15 metros ladera abajo con respecto al boquete, había una zona de alta temperatura.
Si el orificio se extiende hacia ese nuevo sector, el boquete se hará más grande, y se teme que el material volcánico sea expulsado en una erupción de ceniza.
Sin cambios. Raúl Mora Amador, uno de los vulcanólogos que elaboró el informe, dijo que se trataría de emanaciones muy similares a las que se produjeron en enero del 2010 y en enero del 2012.
“Serán pequeñas erupciones de ceniza, pues la actividad sísmica es la misma. No hay indicios de movimiento de material dentro del volcán ”, afirmó.
Mora prefirió no emitir una opinión sobre si recomiendan, o no, que se abra el parque, el cual está cerrado ahora a los visitantes.
“Eso les corresponde a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y a Parques Nacionales. Lo que sí puedo decir es que el escenario es el mismo. No ha cambiado la actividad, que es superficial, y se mantiene latente la posibilidad de una erupción freática de ceniza”, comentó
Otra de las situaciones que llamó la atención de los especialistas durante las visitas que hicieron en el mes de marzo al volcán Turrialba, fue que la temperatura en los boquetes era de 421 °C, lo cual significa un aumento de 50 °C en relación con la temperatura que tuvo ese mismo lugar en enero del 2012.
Paralelamente, los especialistas hallaron en una visita hecha el 26 de marzo un ave muerta en el borde del cráter noroeste.
Lo anterior lo atribuyeron a la alta concentración de gases y al aumento de la temperatura.
Por otra parte, en el documento de la RSN se informó de que desapareció el lago del cráter noroeste y que, en su lugar, se observan grietas por la sequedad del suelo.
El Turrialba tuvo su última actividad fuerte en enero del 2010, cuando se abrieron dos boquetes en la pared suroeste. En ese momento hubo una erupción de ceniza que afectó los alrededores del cráter. Un actividad similar ocurrió en enero del 2012, en que se unieron los dos boquetes.