Agente del OIJ asesinado de un balazo frente a su casa

Oficial estaba incapacitado y volvía a su casa, a pie, luego de estar en gimnasio

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Allan Sánchez Chavarría, agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), fue asesinado de un balazo en el tórax, ayer al mediodía, frente a su vivienda en San Josecito de Alajuelita, San José.

Sánchez, de 32 años de edad, laboraba para el Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT), que es el grupo élite o de choque de la Policía Judicial.

Este equipo se caracteriza por intervenir en situaciones de alto riesgo como la toma de rehenes en la cárcel La Reforma ocurrida el 11 de mayo. También participa en allanamientos.

El agente estaba incapacitado y regresaba a su casa, en la calle Cochea, luego de estar en un gimnasio. No portaba su arma, informó Jorge Rojas, director del OIJ.

Según Rojas, la bala impactó el antebrazo izquierdo del policía y luego penetró su cavidad torácica. Caminó unos 20 metros herido y murió en la vía pública, frente a la casa de un familiar que vive al lado de su residencia.

Ayer se desconocía cuántas personas atacaron a Sánchez. La Policía detuvo a tres sospechosos (dos adultos y un menor) que tienen antecedentes por delitos contra la propiedad, dijo Rojas.

“Los hallaron en el lugar del operativo (cerca de donde ocurrió el crimen). Se les detuvo por su vestimenta y descripción física, que parece coincidir con el perfil. En las próximas horas sabremos si se les puede imputar”, agregó.

Sánchez ingresó a laborar al OIJ en el 2005. Estuvo cuatro años en la Sección de Inspecciones Oculares y desde hace casi dos años formaba parte del SERT.

Rojas manifestó que estaba incapacitado porque se lastimó levemente una pierna cuando hacía deporte. “Era un asunto pequeño”, comentó.

El agente se convirtió en el tercer policía judicial en morir este año a balazos cuando se encontraba fuera de sus tareas de trabajo.

De 1976 a la fecha, 14 funcionarios del OIJ (13 hombres y una mujer) murieron en el cumplimiento del deber.

Hipótesis. Rojas explicó que no hay claridad sobre el móvil del crimen.

Sánchez tenía sus pertenencias, entre ellas un maletín. Pese a ese detalle, no se descarta la posibilidad de que fuera víctima de un intento de asalto.

“Puede ser un asalto frustrado. No sabemos si se defendió. Él era una persona muy bien entrenada”, aseguró el director del OIJ.

Rojas señaló que el oficial no comentó que hubiera sido amenazado recientemente o que tuviera alguna rencilla.

“Nos inclinamos más por pensar que es un asalto, y no una represalia por su condición de agente. La identidad de los miembros del SERT se maneja con mucha discreción”, añadió.

El jefe policial expresó que los agentes del OIJ tienen la instrucción de portar su arma en todo momento, aunque no se encuentren en labores de sus cargos.

“Vamos a investigar. Iba al gimnasio y tal vez pensó que no había un lugar seguro para guardar el arma. No sabemos si, de haberla portado, hubiera podido defenderse”, comentó.

Dolor. Luego de que se conociera la muerte de Sánchez, un numeroso grupo de agentes del OIJ y de otros cuerpos policiales acudieron al sitio del homicidio.

La mayoría participó en el operativo de búsqueda de los sospechosos y recolección de evidencias. Otros se acercaron porque eran compañeros de la víctima o para mostrar su solidaridad con la familia y allegados.

Varios policías judiciales no pudieron contener el llanto.

Al sitio llegaron algunos miembros de la Unidad Especial de de Intervención del Ministerio de la Presidencia y de la Unidad Especial de Apoyo de la Fuerza Pública. Ambos son grupos de choque.

También estuvieron en la escena del crimen el comisionado nacional antidrogas, Mauricio Boraschi, y los viceministros de Seguridad, Celso Gamboa y Wálter Navarro.

“Era un buen muchacho. Yo le di clases en un curso que imparto a los oficiales del OIJ”, afirmó Gamboa.

“Fue muy trabajador, valiente y honrado”, dijo Boraschi.